Que buena oportunidad para ver a la Ciudad Bonita sólo unas horas después del amanecer, en un día de fin de semana. La sorpresa fue mayúscula cuando en el centro comercial, que se veía grande, amplio, reluciente y lleno de vegetación interior, me di cuenta que casi toda la vegetación y las enormes piedras que adornan esos pasillos son de mentira, de mentira! Que cantidad de plástico para engañar y para enviar el mensaje que el verde domina y que la naturaleza está presente. Ahí iniciaron esas rememoraciones de películas; eso pasa cuando uno planea, hace cita y se pone de acuerdo para ir a cine, a ese ceremonioso rato de uno y la cinta. Viene a mi mente mientras recorro el artificial jardín interior, lo que Burro dice cuando conoce la casa de su nuevo amigo Shrek: “… eres un gran decorador… Oh! que linda piedra, un detalle soberbio!” Pero bueno, vinimos a lo de la película.
‘Talentos ocultos’ (Hidden Figures), Nominada al Oscar como Mejor guion adaptado, del director Theodore Melfi, y escrita por Melfi y Allison Schroeder; protagonizada por Katherine Johnson (Taraji P. Henson), Dorothy Vaughn (Octavia Spencer) y Mary Jackson (Janelle Monáe); nos cuenta sobre “el ala negra de la NASA”, un grupo de mujeres calculistas, que no hombres, de color, afroestadounidenses para ser correctos, que están allí dele y dele a la matemática y al cálculo. Se trata de un homenaje a una historia real que se desarrolló a inicios de la década del sesenta, del siglo pasado, cuando la guerra era fría y la competencia era alcanzar la luna.
Es una película entretenida, con la ya acostumbrada compañía de luciérnagas ruidosas con chats, o mensajes y demás, con las que la gente interactúa mientras disfruta de la cinta. Ese conjunto de imágenes y sonidos bien logrados, sigue trayendo a mi mente esas referencias de otras películas, y la verdad no son molestas, es como si le contaran a uno esa otra parte de la historia de la que otras producciones no han dado detalle. Se ve por ejemplo en la Universidad de Virginia eso que quizá es una alusión a Forrest Gump; otras escenas me recuerdan “Los Apolos” (Y de manera tácita se hace presente, en mi mente, Tom Hanks en sus respectivas caracterizaciones) Veo también, y esto es como mirar en varias pantallas al mismo tiempo sendas películas; a Zelig que protagoniza Woody Allen. Ya dije, es como ver los detalles de cosas apenas mencionada en otras cintas. Además, detalles que me llevan de inmediato a otra historia, como que un zapato sea el elemento dramático de la misma, tal y como pasa en ´En busca de la felicidad´; y creo que esto ya raya con la paranoia visual, vi también una referencia muy cercana a esas dos manos que se acercan extendiendo sus dedos índices a punto de tocarse como se puede ver en la Capilla Sixtina. Y debe ser que soy muy distraído pero también vi (en mi mente) alusiones a ´The Big Bang Theory´.
No puedo afirmar que esta sea la película que uno recordaría como una de las mejores del cine, pero sí puedo afirmar que en ella están presentes, Malcolm X, El Reverendo King, Los Panteras Negras y mucho de ese activismo anti segregación que se conoce sucedió (¿?) en Estados Unidos. Me imagino la mueca en la cara de Trump si acaso viera esta cinta. Quizá a muchos les parezca un tema que ya pasó, que es historia, pero la verdad es que hasta hace sólo sesenta y tantos años que la vida era así para los afroestadounidenses y para los blancos, o para no ser políticamente incorrecto debo llamarlos euroestadounidenses?, no sé.
El hilo conductor quizá es la genialidad y audacia de estas mujeres que muy a pesar de la segregación de que son víctimas, logran incidir de gran manera en lo que el mundo conoció como la carrera espacial. En la película está tan presente “La Segregación” que hasta la lluvia toma partido en ella, es una “rain color”. La música, los sonidos y los diálogos invitan a ver de manera calmada todas estas alusiones y ayudan a participar de esa misma segregación; eso lo noto cuando parte del público, alejado de sus luciérnagas, ya concentrados en la película, ríe al ritmo de algunas escenas en las que la protagonista la pasa mal y también cuando la pasa bien (“Tres mujeres negras persiguen a un policía”). Se escuchan con frecuencia risas y murmullos entre los observadores, haciendo comentarios cómplices, dejándose llevar por la animosidad de las secuencias de romance; puestas allí para completar la receta: El conflicto, el amor y la risa, ingredientes necesarios para que una producción tenga éxito. Esos ingredientes bien mezclados y en perfecta proporción aseguran el éxito de cualquier película, o pregúntenle a Dago García que sí sabe cómo hacer una película exitosa en Colombia; aunque yo soy más partidario de preguntarle a Ciro Guerra, ese sí sabe cómo hacer buen cine.
La película sugiere también que la segregación acaba cuando se inflama el ego de un blanco poderoso, (¿Será una insinuación para lidiar con Tump?). ¿Podría ser esa solución? Llenar de vanagloria a quienes ejercen el racismo (haciéndoles pensar que son mejores) para que dejen de hacerlo. Menuda contradicción en una época en donde ser distinto al rubio presidente, es proscrito por el mismo president.
Dos horas después ya casi medio día, satisfecho por la película y por tanto recuerdo junto, pues me despido de mi amiga, camino hasta una plaza de mercado cercana donde las cosas sí son de verdad y busco verduras para el almuerzo.
Quiero finalizar agradeciendo al Festival Internacional de Cine de Santander y a Cine Colombia Cacique Centro Comercial y a 20th Century Fox por brindarnos esa oportunidad de estar en ese ya escaso y ceremonioso ambiente de ir a ver una película.