Contaré mi experiencia para que muchos estén enterados de la versión de quienes defendemos la vida de los animales. Llegué desde las 2 de la tarde al planetario donde había un ambiente de protesta pacífica e incluso un moderador animalista que por medio de micrófono promovía el buen comportamiento y la protesta pacífica. A los 15 minutos de yo haber llegado (no fue mucho más), cuando yo apenas comenzaba a acomodarme dentro de los asistentes, empezó a llegar de la nada el ESMAD. Parece que para el señor alcalde todo se resuelve a punta de gases y bolillo.
Partiendo de esto, no nos digamos mentiras, las instituciones policiales no son para nada apreciadas por el pueblo. Es cierto que llega gente de todo lado y algunos se aprovechan de la situación, y muchos no estaban protestando por los animales sino en contra de la policía, lo cual tampoco era el objetivo.
Que a los que iban entrando con boleta en mano se les gritaba "asesinos", ¡Pues obvio! ¿O qué otra cosa se les podía decir? ¿O es que había que decirles "ayyy oiga ilustrísimo señor y elegante dama será que ustedes serían tan amables de dejar de venir a ver cómo matan toritos?". No, si esa gente quiere ir a ver cómo masacran a un animal, pues que se aguanten el castigo social, que bien merecido si lo tienen.
Dentro del ESMAD había provocadores (algunos, no eran todos), pero los ánimos definitivamente se exacerbaron cuando llegaron estos tipos a infundir miedo y a ejercer su poderío contra todo el que les parezca. Las emociones se revientan cuando esas máquinas (porque actúan como máquinas) y unos cuantos bachilleres insulsos echando bolillo empezaron a amenazar a los protestantes, y aunque ahí en ese momento, se notó una clara división entre quienes protestábamos por los animales y quienes protestaban en contra de la policía (son cosas muy distintas), en determinado punto el abuso policial nos alcanzó a todos y cada uno de los manifestantes. Desde ahí ya no había vuelta atrás: el abuso policial, conjugado con los cínicos y prepotentes asistentes al evento y la rabia del pueblo al que oprimen ambos grupos, fue la mezcla perfecta para garantizar una tarde llena de disturbios.
En un punto de la jornada (hacia las 5 de la tarde) se regó el rumor de que a los asistentes los iban a sacar por la salida de la quinta, y muchísimas personas se fueron hacia allá a seguir la protesta. Yo decidí quedarme ahí en donde estaba, en la séptima al frente del planetario, me sentía cansada y creí que ya después de eso la protesta se acabaría. No sé qué habrá pasado en ese otro punto porque no estuve allá, sé que hubo disturbios porque se escuchaban las explosiones de los gases lacrimógenos que por supuesto fueron protagonistas de toda la jornada. En el planetario nos quedamos un grupo de personas (muy pocas). Hubo música, había un señor bailando, al que luego se unieron otras personas, y en general la gente sentada en los andenes porque había mucho cansancio. Sin mayor novedad, aunque eso sí por supuesto, seguíamos rodeados del ESMAD y la policía. Hacia las 6 de la tarde decidimos irnos. Así que empezamos a caminar hacia el parqueadero de la 24 donde habíamos dejado el carro, pero antes decidimos pasar por el baño de McDonalds que queda casi frente al museo nacional. Cuando estábamos allí, empezaron a salir los orgullosísimos asistentes a tan magno evento, agitando sus sombreros y saludando cuál reinas de belleza a quienes se encontraban en ese punto protestando (que ya eran muy pocos). ¿Que ahí también se les gritaba asesinos e insultos? ¡Pues claro! ¿O será que se les tenía que decir "ayyy distinguidísimas personas porfis no vuelvan a venir a ver matar toritos"? Más aun viendo la actitud tan arrogante de esos que se creen de la alta alcurnia Europea porque van a embriagarse y a ver cómo masacran a un animal. ¡Familias con niños! ¡Padres llevando a sus hijos a ver el más cruel e infame de los espectáculos! Y claro, como todas las fuerzas policiales los estaban escoltando y lambiéndoles la suela... ¡Entonces está gente se creía la realeza colombiana saliendo del palacio de Buckingham!
Ya eran más o menos las 7 de la noche, así que decidimos irnos, estábamos exhaustos tanto física como emocionalmente y cuando caminábamos hacia el parqueadero, nos cruzamos con la protesta frente al hotel Tequendama, le pregunté a una joven qué estaba pasando y me respondió que adentro estaban todos los toreros invitados, me acerque y vi hacia adentro a muchas personas en las escaleras del hotel (por supuesto ellos tan bien vestidos, tan orgullosos, tan prepotentes) provocando también a quienes estaban afuera... y ahí todo se salió de control. Empecé a sentir que piedras caían desde atrás y chocaban contra la fachada de vidrio del hotel, me empecé a salir de la turba y ahí los del ESMAD ya habían lanzado dos gases lacrimógenos, seguido de un tercero unos cuantos segundos después. Inhale mucho gas, me empecé a sentir muy ahogada, sin poder respirar, y los ojos no paraban de llorarme, sentí muchas ganas de vomitar y empecé a tener arcadas. Me desesperé, primero por no poder respirar obviamente y segundo, porque yo uso lentes de contacto y entré en pánico de que con las lágrimas se me cayeran. Tuve que alejarme y sentarme en el andén un momento y esperar que el efecto pasara. Cuando el efecto pasó, por fin pudimos ir hacia el parqueadero e irnos del lugar.
La conclusión de toda esta experiencia: hubo fallas de todas partes. De los protestantes, sobre todo de aquellos que no estaban allí con el propósito de defender a los animales, sino más con el propósito de enfrentar a la policía. De las fuerzas policiales, por supuesto y como siempre, porque la mayoría son unos provocadores, agresores, opresores y levantados con complejo de poder porque tienen un bolillo y porque van escudados de los pies a la cabeza.
Pero aquí la falla, la falla más grande de todas, es de los taurinos, que asisten a un espectáculo nefasto y ruin, al que descaradamente llaman "tradición", al que equiparan con "el arte y la cultura". Mi percepción fue que esta gente no llegó a dimensionar la magnitud que la protesta iba a alcanzar, porque ayer no eran las 10 personas que iban a protestar hace 5 años, ayer éramos miles y miles exigiendo que esta barbarie acabe. Ayer no eran solo animalistas, ayer era toda la ciudadanía que exige por una y otra razón que esta bajeza de evento se acabe. Los ciudadanos en general, están hastiados de esta "gente de bien" que lo único que sabe hacer es explotar a todo el que se cruce en su camino. Llámese animal o llámese humano, o sino pregúntenle al ex procurador Ordóñez, que por supuesto fue uno de los asistentes, sin mencionar algunos otros.
Lo cierto es que los movimientos ambientalistas y animalistas han tenido un crecimiento enorme en los últimos años, y la lucha por el derecho de los animales no va a terminar hasta que este tipo de espectáculos se eliminen por completo, no importa lo arduo y difícil que sea el proceso. Los movimientos crecen, la ciudadanía está al borde de explotar contra aquellas clases opresoras, y si la Corte y los demás organismos gubernamentales no escuchan la voz del pueblo que clama por erradicar este tipo de espectáculos que enaltecen la violencia y justifican acciones como humillar, torturar y matar a los más débiles, sucesos como los de ayer van a seguir pasando. Al menos yo, volvería a protestar si de defender a los animales se trata.