Daban las 11 am cuando llegué al frente de la plaza de toros a manifestar mi gran inconformismo frente al maltrato animal. El ambiente estaba amenizado con música y todos cantaban al ritmo de cumbia mientras más y más gente llegaba. El camión que transportaba los toros estaba en frente de todos. Algunas personas se hicieron por delante a no dejarlo pasar y como mi ideología incendiaria me lo dicta fui el único que se puso detrás del camión para no dejarlo dar reversa y a pesar de que pedí ayuda a los manifestantes que morbosamente miraban la escena, me fue imposible detenerlo ya que un policía me apartó del camino del camión. Entonces les dije que subiéramos a la circunvalar a detener el vehículo y nadie me siguió entonces me fui nueva mente solo y cuando vi hacia a tras venia un grupo pequeño de Hare Krishnas tocando sus instrumentos los esperé y le dije que nos apresuráramos a detener el camión, entonces llegamos a la esquina de la quinta con 28 y vimos el camión, corrí pero me detuve el ver una tropa completa de policías haciéndole calle de honor al camión. Los Hare Krishna se quedaron ahí y tocando su música y me devolví a la séptima.
Me fui pensando en que si mucha gente hubiera reaccionado el camión aun estaría detenido incluso mi yo utópico pensaba en que hasta hubiéramos jodido el evento. No sucedió, y no sucedió porque la gente no está organizada. Es que cada quien estaba en s parche o en su grupo activista y ¿quién los lidera a quien o a que ideología le hacen caso? En el mundo de la izquierda, hay animalistas anarquistas, feministas, LGBTI, veganos, socialistas, intelectuales, estudiantes y hasta comunidades religiosas, pude ver hippies, hipsters, punkis y hasta rolitos de universidad pupi tomando fotos. Pero la cosa se complicó cuando los asistentes a la corrida de toros empezaron a llegar. Empezamos con insultos como ‘’asesinos’’ y alguno que otro citaba a la Pestilencia y gritaba ‘’asesinos sanguinarios’’, otros gritaban ‘’ignorantes’’. Pero todo agravó cuando alguien lanzó el primer botellazo. Señores de la alta alcurnia colombiana les pido disculpas en nombre de la izquierda colombiana, en nombre de los animalistas, realmente no quien lo hizo, por reaccionar violentamente ante el hecho de verles entrar a un espectáculo violento. Botellazos y naranjazos iban, gases lacrimógenos venían. A los asistentes a la plaza se les trataba con injuria, les hacíamos calle de honor, a las damas acompañantes algunos les halaban el cabello y si usted llegó sin sombrero tuvo que comprar otro en la entrada porque se los quitábamos de la cabeza e Iban a parar a una pequeña hoguera para sombreros que había en la séptima. Casi en frente de la torre Colpatria estaba Chucho Merchan y su combo manifestándose pacíficamente, Felicitaciones a ellos. Policías pegándole a los pelaos, revoltosos en el camión de la policía en donde eran brutalmente golpeados por la fuerza pública. Cerca estaba Gustavo Petro tomándose foticos con la gente, (lo primero que pensé y con malicia fue, véanlo, ahí está buscando votos) sin embargo mi espíritu izquierdista me hizo sentir esperanza entonces le dije: ‘’Señor Petro por qué no se deja tomar fotos y nos ayuda que la policía le está pegando la gente allá adelante’’ haciendo un ademan con las manos (me mando la quinta porra) agachó su mirada sintiendo vergüenza y me susurró algo no que no le pude entender textualmente pero que con la cara de moral destruida que hizo, entendí que sí estaba buscando voticos.
Seis toros asesinados el día de hoy no se compara en nada con la carnicería que todos patrocinamos diariamente, y estoy seguro que 90% de los asistentes, esos que le gritaron arengas y bañaron en orina a los respetados asistentes a las plaza, comen carne. Sabemos y para nadie es un secreto que la mayor parte de la tierra en Colombia es usada para ganadería, sabemos también que la mayoría de esas tierras son propiedad de terratenientes que compraron esas tierritas a muy bajo costo con la ayuda del despojo que el paramilitarismo ejecuto en nuestro país y que dejó tantas víctimas. Usted que gritó asesino sanguinario a algún adinerado entrando a la plaza, usted que le gritó cerdo al policía que protegía la integridad física de esa pobre alma, usted que no ayudó a parar el camión es también un asesino sanguinario. Usted protesta porque alguien paga por una entrada a la Santamaria a ver un espectáculo en el que se mata a un animal, y sin embargo, todos los días paga por una libra de carne, ¿con qué autoridad va a gritar arengas a la plaza? A ver ¿cuántas veces ha ido a gritar y a protestar a los frigoríficos?
Y es que lo que sucedió tiene implicaciones políticas muy fuertes y confirma lo que en las academias colombianas se viene hablando: el país sigue dividido. Al concluir la tarde parecía que a nadie le importara realmente los toros sino desahogarse gritándole a un policía o hacer catarsis tirándole un botellazo en la cabeza a una persona que asiste al evento. A lo último no tenía motivos para quedarme a observar gente rabiosa haciendo pataleta, copiando estereotipos. Ya veo los titulares de algunos portales como el de la Vice, diciendo, ‘’les tenemos la coca que meten los toreros y a quien se la compran, hablamos con el jibaro de los toreros’’, o a Noise posteando, ‘’Le tenemos a la banda de punk que se formó en la protesta de la santamaria’’ y a actualidad panamericana diciendo ‘’ Estudio revela que los asistentes a la plaza fueron violados por un cura en su infancia’’. Todos hablan nadie actúa y yo me quedó impotente escribiendo estas líneas mientras recuerdo al camión entrando a la Santamaria y Olé.