Yo también sentí lo que sintió Teo. Siempre que se hace un viaje fuera del pais, es imposible dejar de comparar al nuestro con el que se visita. Y es apenas lógico, dado que cada vez que se compra cualquier cosa se debe hacer la conversión a la moneda local y de inmediato se compara con lo que nos costaría ese mismo bien en nuestro terruño.
Pero no solamente es en el tema económico. También vemos los aspectos sociales, de seguridad y políticos entre muchos otros.
Aquí, igual que en Colombia, hay dos corrientes políticas que se disputan el poder y se culpan el uno al otro de las desgracias que se viven. Desgracias estas que lejos están de las que vivimos en Colombia por causa de la violencia pero que poco a poco van saliendo a flote y más aún si tenemos en cuenta la influencia que el narcotráfico, pero sobre todo el consumo, vienen causando en esta sociedad.
Argentina es un país construido bajo la cimentación de una sociedad Europea y en especial una cultura de enorme influencia italiana, de allí que las construcciones de muchas de sus calles y edificios tengan similitud con algunas calles y edificios como Barcelona y Madrid.
El centro de Buenos Aires me pareció bastante aseado y la cultura de la gente por el aseo y el respeto por el peatón y las normas de tráfico es muy similar al de esas ciudades europeas, sin embargo existen enormes brechas aún sin subsanar que son motivo de discusión entre derechistas de la corriente del actual presidente Macri y los Peronistas de izquierda dentro de los que se destaca la ex presidenta CFK.
Si bien viajar y hospedarnos acá resulta relativamente económico, lo que si resulta exageradamente costoso es alimentarnos. Para empezar debo decir que aquí la alimentación se basa en la carne y un kilo de la misma cuesta US $10 para prepararla en casa, de tal forma que ya pueden ustedes deducir que cuesta un almuerzo.
Ahora bien, si es tan oneroso alimentarse, se preguntarán ustedes como hacen ellos para lograr subsistir. La respuesta es sencilla, según un taxista, el salario mínimo en Argentina rodea los US $ 1.000, algo que está muy lejos del nuestro que escasamente llega a los 700 mil pesos.
Pero si la política divide a los argentinos en dos grupos, hay algo aún peor que los atomiza en muchos grupos: el fútbol.
Me encontraba de regreso en un taxi desde el apartamento de mi sobrina en la ciudad de Rosario rumbo al terminal de transportes cuando escuche un grito que provenía de varias direcciones y de repente varios carros que iban por nuestro lado y otros taxis que viajaban en la misma dirección, empezaron a echar pito y no sabía que ocurría. El taxista al ver mi cara de asombro volteó la cara hacia mi y me dijo: gol de Central.
Sin preguntarle nada, el taxista me dijo que el prefería escuchar música que oír el partido por una sencilla razón; él era hincha del News Old Boys y que el otro equipo no era nada, que no valía nada y que no valía la pena escuchar a esos atorrantes.
Como en muchas ciudades del mundo, Rosario tenía dos equipos que dividían a la ciudad, uno era Rosario Central, en el que jugaba Teófilo Gutiérrez, y el otro era el News, del que era hincha el mejor jugador del mundo.
Cuando llego a Buenos Aires, noto que una de las noticias más destacadas en el planeta era la expulsión del delantero colombiano de Rosario de la cancha del boca, la Bombonera, por unos gestos que hizo al momento de marcar el gol.
Precisamente el día anterior pude ingresar a ese estadio y ver y oír de algunos de sus protagonistas como sus vidas transcurren al rededor de ese equipo y que cuando ellos dicen que sus vidas dependen del Boca, hay que tomarlo textualmente porque tienen su sustento del desarrollo del campeonato de fútbol y tienen restaurantes y tiendas y a Román fotos y venden camisetas y toda una mercadotecnia que involucran. Cientos de miles de pesos.
El mismo día que pude ir a la Bombonera, también fuimos hasta el estadio del River Plate, los más enconados rivales de patio que tiene Buenos Aires.
Y hay que ver la enorme diferencia que hay entre los dos barrios.
Mientras que el barrio de Caminito, quizás el más insigne de los barrios bonaerenses, está construido con láminas de zinc y madera, los vecinos del monumental de Núñez se pasean entre vitrinas de autos de alta gama.
Mientras el estadio de la Boca quedó reducido a escasamente una manzana en donde tiene que aglutinar estadio, Museo e historia un una hectárea, el De River es un inmenso complejo deportivo que tiene atención especializada a todos sus ilustres socios.
Y uno de los dos gestos que Teo hizo ayer y que mas disgusto causó al hincha de Boca, fue taparse la nariz.
Esto hace alusión al hedor que causa el Río Matanza al desembocar en el Rio de La Plata y que queda justamente frente al barrio Caminito y a tan sólo tres cuadras del estadio boquense, el mismo que quizás contrasta con esas calles adornadas de árboles floridos que hay cerca al monumental.
Como podrán deducir, en Argentina hay posiciones irreconciliables con las que han aprendido a vivir pero que por más que se quieran no se pueden olvidar y en algún momento afloran y explotan.
Este es un país que respira fútbol y en donde ese paleativo es el que les permite abstraerse de otras realidades que ayer, en un gesto tan pequeño como taparse la nariz y cruzarse la mano de arriba hacia abajo y en diagonal, hizo recordar a todo un país de lo profunda diferencia de clases que los divide.
@ArleyFGomez