Lo que les voy a decir no significa que apoye o no a Trump. Es lo que veo de la situación. Los analistas y los medios se dedicaron a las palabras necias de Trump, y no a su propuesta a un gran sector del pueblo norteamericano, ignorado por el establecimiento. Esto no quiere decir que Trump sea la solución; o de pronto... eso no lo sabemos. Quiere decir que el mundo ya no se administra como fincas llamadas países por una clase política parasitaria que desangra los erarios públicos sin que nadie pueda hacer nada: ¡corrupción!. El triunfo de Trump es la muestra más importante de la crisis política mundial y –quién lo creyera- de un replanteamiento democrático global donde las voces antes e intencionalmente ignoradas se están haciendo sentir. El mundo cambió.
Hay que estar alerta,
pero no entrar en pánico
Ahora, hay que estar alerta, pero no entrar en pánico. Ni el sistema norteamericano le permitirá a Trump ser un tirano al estilo Chávez, ni lo creo tan horroroso cómo se mostró durante la campaña; eso ya comenzó a mostrarlo en su primer discurso como presidente... más pausado. Eso no quiere decir que no sea excéntrico y radical. Sin duda hay que estar pendientes.
En conclusión, hay que vivir con lo que hay y con las decisiones que se toman. En el Reino Unido están trabajando sobre el brexit y la mejor forma de salir de la Comunidad Económica Europea con el menor impacto posible; en Colombia al Gobierno le ganó el No y tuvo que incluir al sector que quiso ignorar (que no necesariamente es uribista) y está renegociando en La Habana; y Estados Unidos tendrá que enfrentar el resultado. Eso es lo que tienen hoy.
Como decía un compañero de mi universidad: "P'alante es p'allá". Ya qué. Hay que trabajar hacia adelante y no quedarse como las tías que peleaban y duraban años bravas dándole vueltas a lo mismo.
Estos tres resultados inesperados dejan lecciones importantes que nos ponen a, como les dije al comienzo, enfrentar la situación que hay. No hay de otra! Hay que tener calma y cabeza fría.
¡Hasta el próximo miércoles!