En Colombia, como en otros países del mundo, gran parte de los ciudadanos tenemos miedo de conocer ciertos lugares. Es un miedo que no parece respetar edad, sexo, estrato económico o profesión. Los periodistas, los investigadores, los académicos y algunos mochileros o personas interesados por conocer Colombia somos los más afectados; también los extranjeros, pues algunos de los que han visitado nuestro país han sido secuestrados por grupos al margen de la ley o delincuencia común y otros corren con la desgracia de la muerte. Dejando una imagen aterradora del país que es la puerta Sudamericana.
No importa si se quiere conocer uno de los lugares con más biodiversidad del mundo, al sur del país, como El Amazonas. O la tan importante y pujante, una de las ciudades con más cultura ciudadana del país. Algunas personas tienen miedo de conocer estos lugares.
El miedo se ha difundido porque no importando el lugar, si es selvático o es en la ciudad, hay diferentes grupos al margen de la ley o algunos que se hacen llamar guerrillas; los cuales el estado aún no ha podido controlar y se han tomado diferentes territorios, ejerciendo allí el poder que el Estado colombiano debe ejercer. Esto ha traído consecuencias dramáticas para los habitantes del país del sagrado corazón, pues el ir de un lugar a otro se ha convertido en arriesgar la vida.
Es inaceptable ver cómo los periodistas, los investigadores, algunos académicos y otros más, viajan a diferentes zonas de Colombia escoltados por entidades del Estado para poder hacer su trabajo o con previos permisos para poder llegar al lugar donde necesitan estar para realizar algún tipo de compromiso. En algunas ocasiones solo se puede ir a algún lugar si a uno lo está esperando alguien que sea reconocido en esa comunidad y de esta manera tener garantías mínimas de vida.
Reprocho ver artículos en la prensa de cómo algunos profesores de colegios en áreas urbanas tienen que acompañar a los estudiantes hasta lugares estratégicos para que estos no sean blanco de atentados o de ser fichados como objetivos militares, es reprochable aceptar que para visitar lugares como el Urabá, se tenga que ir con permiso previo. Es reprochable tener que pedir un permiso a guerrilleros de las Farc para poder entrar en lugares como el Caquetá y algunos otros departamentos del sur del país.
Los responsables de estos miedos por conocer Colombia se los disputan las Farc, EL ELN, las bandas criminales, los llamados combos delincuenciales que operan en algunas ciudades y otros más. Ellos y la falta del Estado colombiano, no por falta de capacidad en su fuerza pública, sino por los problemas de corrupción e inequidad social en el país, que vienen hace más de cincuenta años, y además se suma que parte del estado está al servicio de las clases dirigentes del país y actúan conforme a sus deseos. Abandonando los lugares que no son importantes por su producción económica.
Algunos colombianos tenemos miedo de conocer nuestro país, porque nos pueden tratar de sapos, informantes o guerrilleros. Cuando solo somos ciudadanos que queremos conocer lo nuestro. Que no nos conformamos solo con conocer los Centros Comerciales de una ciudad o la plaza principal del pueblo, y queremos ir más allá de los lugares turísticos.
Nota: habrá ocasión para hablar de la otra fuerte, triunfadora y esperanzada Colombia que también tenemos
@johnnycspm
Foto hechoencali.com