Desde hace días sigo con interés particular por la noticia de las balleneras de las reinas populares de Cartagena propuesta por el alcalde de Cartagena, Manolo Duque, en la ciénaga de la Virgen y el caño Juan Angola. Su objetivo es “democratizar las fiestas y acercarlas más a las barriadas” (habra-balleneras-en-el-juan-angola-vamos-limpiar-el-cano-manolo-duque-238067). Por otro lado, el personero distrital, William Matson, critica la medida, ya que le preocupa la salud de las candidatas: “las reinas estarán expuestas a adquirir infecciones por la alta carga de desperdicios que se encuentran constantemente en este caño” (http://www.eluniversal.com.co/cartagena/el-agua-contaminada-puede-generar-infecciones-en-las-reinas-personero-238112).
Ambos argumentos son válidos. Sin embargo, omiten el gran problema de fondo que hay en todo el sistema de caños y lagunas de la ciudad.
El sistema interno de caños y lagunas (o sistema lagunar) de Cartagena es un conjunto de 6 cuerpos de agua (ciénaga de Las Quintas, caño de Bazurto, laguna de San Lázaro, laguna de Chambacú, laguna del Cabrero y el caño Juan Angola), los cuales no solo están interconectados entre sí, sino que también conectan a la bahía de Cartagena con la ciénaga de la Virgen (la ciénaga de la Virgen, a su vez, está conectada al mar Caribe por la bocana estabilizadora de mareas). Este sistema lagunar, considerado un sistema estuarino intermareal boscoso, alberga, a lo largo de su recorrido, uno de los ecosistemas más sensibles que pueda existir: el manglar.
A finales del 2015, el Establecimiento Público Ambiental de Cartagena (EPA-Cartagena), a través del Convenio Interadministrativo No. 133-2015, contrató a la Universidad de Cartagena para realizar el Diseño del Sistema Inteligente de Monitoreo de la Calidad Ambiental del Distrito de Cartagena. En ese estudio participaron 35 profesionales de varias áreas, varios de ellos, oriundos de la ciudad, con estudios de doctorado y maestría, quienes realizaron un diagnóstico del sistema de caños y lagunas y establecieron la bitácora a seguir y los estudios complementarios necesarios para la recuperación y continuo monitoreo y seguimiento de la calidad del mismo. Algunos apartes relevantes extraídos de dicho estudio son los siguientes: (a) la calidad del agua del sistema de caños y lagunas en los días monitoreados fue categorizada entre inaceptable y pésima de acuerdo con el Indicador de Calidad de Agua Marina y Estuarina para la Preservación de Flora y Fauna del Invemar (ICAMPFF), (b) existe contaminación proveniente de heces fecales y materia orgánica, principalmente en el caño Juan Angola, caño de Bazurto y ciénaga de Las Quintas, (c) hay bajas concentraciones de oxígeno disuelto en algunos de los cuerpos de agua a niveles de anaerobiosis, (e) hay presencia de especies endémicas, (f) pérdida de la ronda hídrica por asentamientos ilegales (invasiones) y botaderos de residuos sólidos a lo largo del sistema, (g) pérdida de la biomasa del manglar, (h) contaminación por combustibles fósiles, e (i) modificación de la sección transversal de los cuerpos de agua por sedimentación (y disposición de residuos sólidos dentro de los cuerpos de agua) impidiendo la navegabilidad y libre circulación del agua, lo cual es vital para la adecuada y necesaria interacción entre el mar y este sistema estuarino.
Si existe un común denominador en nuestro país, en casi todos los niveles de la sociedad, es la toma de decisiones basadas en las razones equivocadas (nepotismo, improvisación, emocionalidad, dinero, populismo) y no en la rigurosidad que traen consigo los conceptos técnicos provenientes de estudios serios realizados por expertos; quienes, irónica y típicamente, son los menos y últimos consultados. Es así señores alcalde y personero, que no se trata de la democratización de las fiestas ni de la salud de las candidatas.
No. No es que estas no sean importantes, sino que es preferible que las decisiones tomadas apunten a lograr la supervivencia y conservación de tres tipos de manglares (bobo, rojo y salado) y de plantas, aves (migratorias y permanentes), reptiles, anfibios, moluscos y peces (algunas de estas especies han sido identificadas como endémicas). Que prime la preservación de los servicios ecosistémicos que presta el manglar, entre los que se encuentran: (a) regulación del régimen hídrico, (b) retención de sedimentos, (c) control de la erosión, (d) depuración de los cuerpos de agua, (e) regulación del microclima, (f) regulación de los ciclos de nutrientes, (g) hábitat de especies y (g) remoción de dióxido de carbono, particularmente relevante en tiempos en los que estamos más conscientes de la amenaza que trae consigo el cambio climático.
Que se enfoque en el potencial que hay para involucrar a esa misma barriada que menciona Malono en actividades económicas integradas sosteniblemente con la conservación del ecosistema de tal manera que se les empodere y se les brinde oportunidades más allá del mototaxismo que tanto golpea a la ciudad.