Así operan los grupos armados y el narcotráfico en el Amazonas

Así operan los grupos armados y el narcotráfico en el Amazonas

En Leticia existieron más de 100 laboratorios de cocaína y pistas clandestinas. Aún el fantasma de las drogas ilícitas ronda la selva

Por: Julio Cueva Márquez
octubre 19, 2016
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Así operan los grupos armados y el narcotráfico en el Amazonas

Enfocarse en este fenómeno social en un solo punto geográfico del universo amazónico es complejo. Pero se podría acercar a la realidad latente a través de los años del flujo de los corredores fronterizos para el transporte del producto inicuo y fortalecimiento de estas empresas ilícitas de los grupos al margen de la ley, desde Bolivia, Perú, Colombia, Brasil, Venezuela, Ecuador y Guayanas. A partir de los sesenta hasta la actualidad, se transformó el negocio de la cocaína y las armas en un solo mercado, cuyo objetivo es la distribución al mundo para el consumo del estupefaciente.

De alguna manera esta industria ha sido la vía del lavado de dinero de narcos desde que aparece este ilícito. Pero hasta los noventa se fortalece y se hace visible esta acción con los herederos de los carteles de la droga, quedando a luz pública, por sus estrategias que quedaron en evidencia ante el mundo por sus excedidas opulencias y los seguimientos que desenmascararon terceras personas como a empresas de fachada.

La DEA ha tenido en sus anales investigativos que en algunas ciudades y pueblos de las fronteras, cercanos a donde se organizaron laboratorios de procesamiento de coca desde la producción de la pasta básica hasta el clorhidrato de coca (cristal) se crearon en muchos de sus entornos estos centros de acopio y abastecimientos de alimentos y tránsito de armas, localidades como en muchos lugares de piedemonte en el Amazonas peruano, donde el negocio ilícito era gerenciado por el grupo guerrillero comunista Sendero Luminoso; luego otros grupos guerrilleros del mismo país fueron utilizando el negocio para robustecer su guerra ideológica y bélica.

En Leticia (Amazonas), Colombia, en los setentas y finales de los ochenta existieron más de 100 laboratorios y pistas clandestinas, transformando esta ciudad en uno de los corredores importantes para este mercado y enlace con el mundo, convirtiéndola también en la primera economía de sus regiones en las ciudades fronterizas. Cabe mencionar otros ayuntamientos que en sus aledaños fueron fuertes en la producción y tránsito del alcaloide, Puerto Maldonado en Perú y sus entornos, también Río Tamya en el Noaya y Busaya, asimismo como otros pueblos fronterizos en Bolivia y Brasil, como la localidad de Guajarà-Mirim. Podría extenderme mencionando otros pueblos amazónicos. Pero es igual, tanto en mayor como en menor escala de los contextos regionales, solo con la diferencia de los protagonistas, algunos solían ser los mismos capos traficando con este narcótico. Parajes que también sobre el río Napo, corriente de agua que colinda con el Amazonas peruano, como con el ecuatoriano, proliferaron los laboratorios de propiedad de los carteles colombianos; en ellos se perpetuaron los herederos de los maestrantes de la coca.

A mediados de los ochenta la guerrilla ya le había apostado a la inversión de seguridad a los carteles, pronto tendrían injerencia y cobrarían cuotas a grupos organizados, como a delincuentes particulares de este oficio ilegal, las guerrillas pierden el horizonte de la guerra ideológica y armada pregonada por los grupos armados comunistas; de igual manera sucede con los grupos de extrema derecha que empezaban a disputarse silenciosamente los espacios geográficos amazónicos para la producción del alcaloide.

En la actualidad con las nuevas políticas del gobierno colombiano, desde el narco-paramilitar Nº 82 AUV, según algunos escritores colombianos, han generado una emigración de nacionales hacia la zona amazónica; desde hace más de ocho años se han ido posesionando grupos de derecha extrema, más 6.000 bandoleros en la triple frontera entre Colombia, Perú, Brasil, siendo el foco de operaciones para la plantación itinerante de la mata de coca con nuevas transformaciones genéticas inducidas, como la producción de la misma entre las inmediaciones de Caballococha (Loreto), hasta las localidades colindantes con el Yavarí brasileño, son más de 250 kilómetros de conductos, senderos terrestres y acuáticos, donde maniobran estos residuos de extrema derecha. Esto hace que las guerrillas de izquierda se mimeticen entre los habitantes de los pueblos de triple frontera.

En investigaciones de las autoridades internacionales, como de los países involucrados, se nota que estos grupos han rodeado la frontera brasileña desde los llanos entre Venezuela, Brasil, Colombia, Perú hasta Bolivia existen pequeñas células corporativas que a su vez tienen contactos con grupos armados, siendo sus objetivos en el negocio ilícito las urbes brasileñas para la distribución del mismo, entre ellos, uno de los derivados de la cocaína el “crack”. Este fenómeno social ha hecho que Brasil busque políticas de seguridad con inversiones de más de 60.000 millones de dólares, entre ello ha iniciado sus operaciones con el sistema SISFRON, y aunque aún sus resultados han sido incipientes, el fenómeno de las drogas cada vez está involucrando a otras sociedades, como a los grupos étnicos. Este hecho ha vulnerado al grupo étnico ticuna, porque es una de las más numerosas de los grupos étnicos de la región, también como la más próxima a la frontera brasileña con Colombia.

Con relación a las guerrillas, tanto de izquierda como de extrema derecha, nunca decidieron incursionar en los pueblos fronterizos por su posición geográfica. Pero más por su punto estratégico que bélico, eso para realizar los negocios de conexión para el mercadeo de la cocaína y sus derivados. Aparentemente el negocio se ha reducido ante los ojos de las autoridades. Pero todo lo contrario, se ha fortalecido más en el territorio brasileño donde los protagonistas son ellos mismos, mercadean, importan, producen y en ultimo las guerras urbanas por posicionamiento en el liderazgo del negocio. El ciudadano colombiano al margen de la ley, como el peruano, que otrora fueran los protagonistas del mercado, están siendo poco a poco relegado en el ilícito, quedando solo con el porcentaje de la producción por la alta calidad y contenido en alcaloide para la importación en grandes cantidades para el tránsito a otros regiones como México, África y la Comunidad Europea.

Ha sido tan polémico el tema de las drogas y sus consecuencias, que más que un problema de salud pública se ha llenado de tinte político como económico, en numerosas ocasiones ha sido inspiración para politólogos, psicólogos, humanistas entre muchos estudiosos hasta PhD, para publicar investigaciones, ensayos, etc. En ocasiones diversas ha sido la disculpa para organizar foros, congresos donde han participado de toda clase de pensantes de la farándula humana, de personajes muy cuestionados como expresidentes que en un momento en la historia flaquearon y se arrodillaron ante este fenómeno, otros simplemente hicieron parte de carteles indirectamente, hecho que algún día la humanidad cobrará. Lo único que cabe anotar es que mientras exista un consumidor existirá un comprador. De nada sirve que sigamos caminando rumbo a la legalización o el combate frontal que ha llenado los campos y sobre todo colombianos de sangre, mientras no se encuentren otros mecanismos y alternativas para la igualdad y el acceso al empleo. Las drogas en el Amazonas seguirán dando pasos agigantados hasta devorar a las poblaciones más vulnerables de nuestra geografía amazónica. Lo triste de todo es que termine con la retórica más pobre ante tal gigante de mil cabezas.

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