Para esos que dicen que el Festival de jazz no le deja nada a Mompox, les dejo unos cuantos datos:
- En hoteles les deja a los momposinos unos 450 millones.
- En restaurantes, bares y cafeterías unos 200 millones.
- En souvernirs, filigrana, artesanías y dulces hechos por momposinos otros 50 millones
- A los pintores, maestros de obra, albañiles y carro mulas momposinos para preparar a Mompox unos 10 millone
- En publicidad nacional suponiendo que solo presentan 10 segundos al día en horario de noticieros durante 3 días y a mitad de precio 2.000 millones.
Eso sin contar lo que les queda a las mototaxis, paleteros, guías turísticos, toures ecológicos, y sobre todo los turistas que ahora quieren venir a conocer a Mompox es suficiente para callarle la boca a los que egoístamente por no beneficiarse directamente y personalmente hablan pestes y tonterías del festival.
¿Que tiene baches el festival? Sí, ¿que se puede mejorar? Sí, pero decir que no trae ni le deja nada a Mompox es una demostración de egocentrismo y absoluta falta de sentido comunitario, pues muchos más son los beneficios que deja que los pocos lunares que puede tener. Personalmente tuve 2 boletas para el concierto de Silvestre y las regalé porque preferí estar en la parte de atrás con mis amigos, que adelante solo y la siguiente noche hice lo mismo aunque tenía manilla para ir adelante.
Plata no me dejó, al contrario, me gasté lo que tenía, pero me quedó la dicha de escuchar a grandes artistas, reencontrarme y compartir con muchas amistades, alegrarme con la participación de Momposinos en las tarimas como los jóvenes de la Escuela de Música Santa María, los hermanos Oyaga, la talentosa y melodiosa voz de Maria Jose Morales Basanta, saborear y deleitarme con la calidad de los nuevos productos creados por manos momposinas, queso de capa rellenos, butifarrras, casabitos, la esquisita crema de whisky de Alexandra Gabriela Torres Paba, ver los hermosos cuadros y pinturas de momposinos, sus bolsos, artesanias, dulces de toda clase y frutas, y demás cosas maravillosas que estaban en San Francisco productos del SENA Mompox, los desfiles de moda de las momposinas Melissa Zirenne y Faride Ramos, todos estas cosas que me inflaron el orgullo de ser momposino y a todo el me encontraba los mandaba para allá, la alegría que se vivía en las calles, disfrutar de un street jazz con unas cervezas a medio día, carajo, decir que no deja nada es porque no se alegra cuando otros momposinos sobresalen.
Qué viva el festival de Jazz de Mompox y que no se acabe.
@jaimedeleonp
