El grueso de los invitados, unos 4.000, son de presidencia. Las Farc lograron que 1000 personas que han apoyado su lucha pudieran llegar hasta el centro de convenciones a acompañarlos en la firma del proceso. Ellos permanecieron en un centro vacacional en Turbaco. La etiqueta exigía vestidos de blanco y se entregaban a los invitados el símbolo de la paz.
Los periodistas fueron los peor librados porque de 1.500 que tuvieron las acreditaciones rifaron 500 cupos y los demás tuvieron, a pesar de haber viajado, que resignarse a mirar el evento desde el museo naval en una pantalla gigante. Los periodistas que lograron ingresar fueron aprestados lejos del escenario ya que se priorizó invitados especiales. Muchos de las personalidades incluso terminaron confundidas con el público.