Inaudito. La última perla de los expresidentes fue el comunicado emitido con relación a la visita de los presidentes que vendrán a acompañar el protocolo para la firma del acuerdo de La Habana, el 26 de Septiembre en Cartagena. “La participación extranjera en éste acto de campaña política constituye una clara intromisión en asuntos internos de Colombia”.
Cómo les parece la demencia senil que acompaña a estos dos protagonistas de la guerra, que no pasan de azuzar la confrontación entre colombianos, sin tener en cuenta su responsabilidad como expresidentes de la República.
Inaudito, repito. Trinando desesperados, aherrojados en su inmensa vanidad, no alcanzan a comprender el apoyo mundial que está blindando éste proceso de paz. Desde el Consejo de Seguridad de la ONU, hasta la Fiscal General de la Corte Penal Internacional, pasando por el Papa Francisco, y siguiendo con el delegado del gobierno de los Estados Unidos, la Unión Europea, y los gobiernos de América Latina.
En su miopía política, enceguecidos por el odio, la mentira y el miedo como arma política, no alcanzan a valorar la enorme trascendencia que tiene acabar con la guerrilla más antigua y numerosa del continente, mediante los diálogos, la negociación y los acuerdos entre las partes contrincantes. Quieren resolver el problema con la continuación de la guerra. Así de sencillo para no darle tantas vueltas al asunto.
Continúan agitando la bandera del cinismo: “La participación extranjera constituye una clara intromisión en asuntos internos de Colombia”. Hágame el favor.
Pastrana, el implementador del Plan Colombia, hablando de soberanía nacional, y Uribe, el deschavetado del “Castrochavismo”, el de la “seguridad democrática”, dizque en contra de la intromisión de extranjeros en los asuntos internos de Colombia. Risa me da. Su demencia corrobora mi razón, como decía Jorge Zalamea Borda en el Sueño de las Escalinatas.
Bien lo dijo Humberto de la Calle en un acto en la Universidad de Medellín, el 20 de Septiembre: “Es inconcebible que dos expresidentes de la República tengan esta posición tan cicatera frente a la salida política del conflicto armado”
Desde la concurrencia, una muchacha preguntó: ¿Sí es cierto que van a rebajar las pensiones para financiar a los guerrilleros de las Farc? De la Calle casi se sale de la ropa. Estas son las armas que están utilizando las campañas del No, para enredar a la gente con mentiras de culebreros ordinarios, lo cual envenena el ambiente para poder desarrollar el debate con serenidad y altura democrática.
Politiqueros de pacotilla, no recuerdan cuando eran acérrimos enemigos; Pastrana aseguraba que Uribe necesitaba a los paramilitares para ser presidente, y éstos necesitaban a Uribe para su legalización. No recuerda cuando el presidente Uribe compró su reelección por intermedio de sus ministros Sabas Pretel de la Vega y Diego Palacio Betancur, utilizando a los representantes a la Cámara, Yidis Medina y Teodolindo Avendaño.
Ahora, en una “Santa Alianza”, se interponen en el camino de la paz como si fueran los cruzados de la inquisición. Quieren la perfección de los ángeles para justificar su hipocresía moral y su cretinismo reaccionario. Les duele en su “alma de trapo” y en su “corazón de estopa”, que el de La Habana haya sido el mejor acuerdo posible para cerrarle el paso a la guerra y abrir el escenario para la construcción de una paz estable u duradera. Tienen huevo en el alma éste par de mercachifles de la confrontación.
