¡Que viva la rebeldía femenina!

¡Que viva la rebeldía femenina!

"Varias mujeres de Colombia juegan fútbol, odian la cocina, salen despeinadas, entre otras cosas que para muchos rompen lo tradicional y ético"

Por: Danyth Fandiño
septiembre 21, 2016
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¡Que viva la rebeldía femenina!

Es hora de aceptar la realidad: las mujeres también son bruscas, ven el trasero de los hombres, se ríen a carcajadas, odian la cocina, salen despeinadas, les gusta el fútbol e invitan a cenar, ente otras cosas que para muchos rompe lo tradicional y ético.

La sociedad está llena de paradigmas creados por la misma población en su afán de tener una comunidad encasillada a lo que comúnmente se consideran prácticas correctas o armónicas. Estipulan estereotipos intentando corregir lo “imperfecto” o “mal visto” por algunos; son muchos los que lo viven en el día a día, pero en esta ocasión me permitiré hablar de la mujer rebelde, esa que es y se siente libre. Ellas, que no se han dejado oprimir por estándares que en su mayoría son patriarcales, que deciden quebrar esos esquemas y modelos ya establecidos con lo que no se sienten cómodas.

Siempre se ha visto cómo los padres se refieren a las niñas diciendo que son las bonitas y tiernas y a los niños como grandes y fuertes. Afortunadamente existen figuras femeninas que desde muy pequeñas muestran su inconformidad con lo que les tocó solo porque otros han dicho que es así. ¡¿Jugar con muñecas y a la cocina?! ¿Por qué? Ella quiere jugar futbol. ¿Ropa rosada porque es el color de las niñas? No, a ella le gusta la ropa azul y negra. Tiene derecho a elegirla así, su gusto no le quita la feminidad.

Su carácter tan imponente, capaz de decir sí o no, se les nota a flor de piel desde corta edad, defienden sus gustos ante quien sea y sin miedo a lo que sus mismos familiares puedan opinar. Con el paso de los años este comportamiento es mucho más evidente, sobretodo en la etapa de adolescencia.

Es aquí donde se pierden y se encuentran a sí mismas en busca de una identidad. Y una vez sepan cuál es, no hay fuerza humana que les haga creer lo contrario, porque son mujeres que empiezan a sentirse libres y seguras, aunque estén inmersas en una sociedad que quiere limitarlas por el simple hecho de considerarlas el sexo débil.

La rebeldía es esa gran virtud que las caracteriza. No les importa lo que es ideal para la sociedad, ellas mismas eligen cómo utilizar su cabello, recogido o suelto y despeinado, liso o churco, rojo, amarillo, morado o negro, largo o corto ¡eso es lo de menos, se sienten bien, se sienten bellas!

Pero esta rebeldía no solo se manifiesta en su físico, su libertad es también espiritual, por ejemplo: todos en algún momento de nuestras vidas llegamos a ese punto de cuestionamiento sobre la existencia de un dios, hay quienes no lo aceptan por temor al castigo no solo divino sino también terrenal; el solo pensar ser juzgados ya los hace sentir oprimidos por la sociedad. ¡Pero ellas no! Ellas aceptan su creencia o ateísmo y lo asumen con responsabilidad, capaces de sustentar su postura con argumentos válidos. Se muestran ante el mundo como son, sin tapujos. Dicen lo que sienten y lo expresan cuando pueden y quieren.

La política ya no es ajena e inalcanzable para este género, ahora son quienes tienen iniciativas, participan activamente y hasta toman el liderazgo, ¿por qué? porque también pueden, son capaces, tienen las aptitudes y lo mejor de todo… la pasión para hacerlo. Luchan por lo injusto y reconocen esa delgada línea entre feminismo y hembrismo, ellas entienden que su objetivo primordial es la igualdad de género y no el enaltecimiento del suyo.

Caballeros, no tienen que cederles el puesto en el transporte público, al fin y al cabo, se cansarán de la misma manera sea usted o sea ella quien vaya de pie. No les abran la puerta para ingresar o salir de un lugar, ellas pueden hacerlo no solo para sí mismas sino también para ustedes. Tienen el derecho a sentirse activas en una relación y no hablo solo sexualmente, su dinero también vale ¡que inviten! ¿Qué ustedes lo hacen solo por educación? Pues ellas saben que no es necesario todo el tiempo y que además es un concepto acuñado por los mismos hombres que se creen fuertes y mujeres que creen necesitar un protector.

¡Basta de tantos tabúes!, ellas también se sientan con las piernas abiertas, les gusta el fútbol, se masturban, les gusta la mecánica, los tenis y pantalones holgados, los videojuegos, ven pornografía, algunas odian el color rosa, se fijan en el trasero de los hombres y aun así son mujeres decentes, imparables, locas, rebeldes y principalmente libres.

¡Rompe el hielo y muéstrate en esencia!; arriésgate y deja el temor por el qué dirán, te lo digo yo, una mujer que empieza a sentir la libertad como persona; sí, que empieza, porque el camino es infinito, pero sobre todo… ¡placentero!

 

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