¿Cuántos ganadores hay en el Cauca, por la jornada de estos días? Aún es temprano para decidirlo, pero el entusiasmo, que mostraron las gentes venidas de todos los puntos cardinales de la región, es suficiente para decir que esta es la más grande manifestación pública del Cauca en toda su historia. Muchos se van a querer apropiar del éxito de la jornada, claro. Por eso, nadie se quería quedar fuera de la foto. Los grandes visitantes, el Ministro Iragorri, el exsenador Iragorri, el ex senador Humberto Pelaez, la ex senadora Piedad Córdoba, el Ministro del Interior Juan Fernando Cristo, el Gobernador de Nariño Camilo Romero, el Gobernador del Chocó, John Carlos Palacios, funcionarios del más alto nivel del Gobierno Nacional, dirigentes de los partidos, de la U, del Partido Liberal, de la Alianza Verde, los locales parlamentarios Luis Fernando Velasco, Óscar Ospina Quintero, Carlos Julio Bonilla, Crisanto Pizo Mazabuel, John Jairo Cárdenas, los diputados y claro el Gobernador del Cauca, OSCAR RODRIGO CAMPO, a quien todos los asistentes, consideran el gran ganador, entre los convocantes. Qúe poder de convocatoria, el que ha demostrado el primer mandatario de los caucanos. El afecto que le demuestra la gente, su imagen de hombre bonachón, que hace que se meta fácilmente con el tumulto, la seriedad con que asume sus compromisos, y sobre todo la transparencia con que actúa, frente a todos sus actos, lo llevan a ser considerado como la revelación político administrativa, de nuestro departamento.
Él, nadie puede negarlo, fue el gran determinador de este gigantesco tumulto de caucanos, que salieron entusiasmados, a gritarle sí, a la paz. A, no dejarse amedrantar, ni siquiera, por la lluvia que desde bien atrás, en la madrugada, se enseñoreo en todos los puntos cardinales del departamento. Y en la capital, no se diga. Loviznó durante todo el recorrido, pero sin amilanarse los campesinos, venidos del sur del Cauca, bailaban al son de la papayera de Puerto Tejada; los negros de Villarica y Santander, gritaban sin cesar que "ha llegado el fín de la guerra"; los mas pinchados señores de Popayán, sonreían al pasar por los puntos estratégicos, saludando; los indígenas del oriente, con su seguridad en lo que quieren, acompañaban a los timbianos, tambeños, piendamoseños y del resto de municipios del centro, con los que acompasban sus coros del "sí, si, sí a la paz"; los mas intrépidos venidos del litoral pacífico, especialmente de Guapí, Timbiquí y Lopez, parecian enloquecer al ritmo de Herencia de Timbiquí, en la tarima.
Todo el derroche de alegria, en la marcha, y en el transcurso del largo acto, en el parque de Caldas, es el preludio de lo que será la elección del dos de Octubre. Ni un solo agravio, solo los coros victoriosos, prediciendo un mejor mañana, desterrando para siempre el llanto de las madres, por sus hijos, muertos, heridos, o mutilados en la fratricida guerra, que sufrimos los colombianos, por 54 años. Y, qué decir de los jóvenes, que se tomaron ésta, como su primera gran empresa. Ellos, fueron responsables de gran parte de la logística, de las estrategias de comunicación, y de las sonrisas en el desfile, que afrontaron de la mejor manera, sin dejar desfallecer a los adultos, ni a los limitados físicos, que decidieron acompañar la marcha.
Todo fue como un canto, con la mejor canción, la de la paz. Como la voz sonora del soñador poeta, con su mejor poema. Que espectáculo el que presentaron los caucanos, donde se mostraba al país, el gran significado que tiene esta región, en la formación de la patria. Como lo dijo el Gobernador Óscar Campo, desde el Cauca, solo escucharán nuestras frases motivando, dando fe, acrecentando su valor, por el futuro, a todos los colombianos. Es nuestro cuarto de hora, aportando de lo mejor que tenemos, solidez conceptual, para interpretar a toda Colombia, en esta gran lucha por la paz, por nuestra patria, con nuestra bandera, nuestro escudo y nuestro himno, como armas fundamentales.