Josefina Mejía, habitante de la vereda la Esmeralda visita a sus hijos de 6 y 7 años, estudiantes del internado Santa Cecilia ubicado a cuatro horas de La Primavera, municipio del Vichada, cada semana. “La última vez que viajé -dice Josefina- tuve que tirarle dos horas de mecánica a la moto porque le entró agua al motor después de cruzarla por el río Terekay”.
Los padecimientos que sufre Josefina para llegar a esta escuela, son parecidos a los que viven los cerca de 70 niños que estudian en esta zona del país. La mayoría provienen de comunidades indígenas que pertenecen a las etnias Sicuani, Piaroas Piapocos e hijos de colonos que trabajan en fincas.
Un día normal comienza a las 5 de la mañana, los niños viven en un salón de clases con camarotes improvisados y las niñas en otro dotado de la misma forma; se turnan durante dos horas para darse el primer baño del día. ¡A las ocho de la mañana luego del desayuno, pasan todos al salón de clase!
Yeymy Vargas del grado primero, asiste y recibe clases por parte de un profesor que simultáneamente dicta clases a su amigo Tito Parra, y a Brayan Delgado del grado segundo y tercero. Comparten salón al igual que la profesora y sus alumnos del grado cuarto y quinto. Queda la amargura de encontrar en uno de los lugares más recónditos del país un salón de clases en el que haya tanto conocimiento junto. Todo esto parece un mal chiste.
Al final de la tarde, frente a una extensa sabana, a veinte horas por vía terrestre de la capital del país, algunos niños miran el horizonte incierto y desconectado del mundo moderno. La profesora inventa juegos y actividades lúdicas con botellas y madera para distraerlos un poco. Sólo una vez a la semana prenden el televisor que funciona gracias a una planta prestada de energía solar.
Si llegara a ocurrir un vendaval quedarían a la intemperie, pues aunque en la fachada de la escuela el letrero más visible dice: Colombia Vive Digital, lo primero que pierde quien llega al internado de Buena Vista, es la señal de su celular y la conexión a internet, un término casi desconocido para los habitantes de este lugar.