Sin duda alguna la etapa que vive Colombia es única. Luego de la finalización exitosa de los diálogos de la Habana, se abre un nuevo camino que, con el cese bilateral de fuego y definitivo, se convertirá en la época menos violenta en nuestro país, por lo menos en los últimos cincuenta años.
Ahora, lo que sigue es la refrendación popular que los colombianos harán el próximo 2 de Octubre en el plebiscito, con el objetivo de cerrar las brechas de la guerra en principio y la posibilidad material de generar una Colombia democrática y con posibilidades de justicia social.
Los acuerdos históricos de la Habana, serán los cimientos de una patria al servicio del pueblo y mediante su implantación, tal como se estableció, Colombia vivirá una etapa única y esperanzadora que sanará las venas abiertas de tanto pueblo desangrado.
Pero a pesar de los grandes avances en torno a la paz de nuestro país, falta un punto transversal que preocupa en cada región azotada por el conflicto; el paramilitarismo y su rearme.
A tan solo días de cese bilateral, estructuras armadas de ultraderecha han venido reconstruyendo su capacidad militar en algunas regiones del Cauca, tal como lo denuncian organizaciones defensoras de derechos humanos, al igual que el respectivo copamiento de históricas zonas donde la insurgencia han tenido presencia. Bajo amenazas, hostigamientos y ejecutando extraoficialmente a dirigente sociales han implantado el terror.
Esta grave situación que recorre la geografía nacional es un problema de fondo, que necesita solución inmediata para que todo lo ganado hasta ahora, no se pueda poner en riesgo.
Mientras las estructuras armadas de ultraderecha, llámense como se llamen -Bacrim, Paramilitares, Organizaciones criminales, etc.- continúen recomponiendo sus capacidad de terror y en tanto el Estado Colombiano no las combata de raíz, la paz con enfoque territorial tendrá un gigante obstáculo para que los acuerdos se cumplan cabalidad.
La movilización social, la politización del pueblo colombiano y el apoyo irrestricto a la paz, serán los titánicos instrumentos para que una nueva patria nazca de entre las ruinas de una desangrada nación, acorralando y disolviendo cualquier campo o acción que ponga en riesgo este histórico momento.