Primera escena. Simón Uribe García agarra su cámara Nikon D3100, se para al frente de la casa de su abuela Patricia Ariza, en el Chorro de Quevedo de Bogotá, ve una estatua gris con un maletín en su mano derecha encima del techo y se imagina la composición de su foto. Segunda escena. Simón cuadra el foco de la cámara con su mano izquierda, mide la distancia y gradúa la luz y velocidad de obturación con su mano derecha. Tercera escena. Simón Uribe revisa el encuadre de la cámara, ve la estatua al costado izquierdo, un poste de luz al fondo con varios cables desplegados como unos tentáculos y una matera a su derecha. Click.
Con tan solo 13 años, Simón había tomado una de las 20 fotografías para participar en la Fotomaratón 2012, el concurso de fotografía más grande de Bogotá organizado por la fundación Foto Museo. Sabía que una buena foto no la hace una buena cámara sino un buen fotógrafo, por eso, luego de escuchar a su mamá y dejarse convencer, decidió competir por pura diversión en un evento que para ese año ya contaba con mil participantes entre fotógrafos profesionales y aficionados como él. Simón tenía claro que debía mostrar la realidad de una manera diferente; que para hablar de arte urbano en Bogotá a través de una imagen debía recorrer el Chorro de Quevedo, la calle 26, la carrera 30, como un reportero raso al que no se le escapa ningún detalle.
Pero lo que nunca se imaginaba es que esa imagen ganaría el premio a la mejores fotografías aficionadas según el público, y que estaría presente en el catálogo que reunía a las mejores de la Fotomaratón en ese entonces. Además, su fotografía se exhibiría, junto a 58 más en el Museo de Arte Moderno y la Zona T, en una exposición al aire libre de 45 días. La fundación Foto Museo premiaba el rigor y talento de adultos y jóvenes que capturan cada dos años, desde la calle, la esencia de Bogotá. Y Simón se convertía en el mejor fotógrafo, menor de 18 años, de la capital.
Este año la dinámica de la Fotomaratón es la misma que en 2014 y 2012. Profesionales y aficionados, como Simón, tienen hasta el 7 de septiembre para inscribirse a través de la página de Foto Museo. Tres días más tarde, el 10 de septiembre, deberán ir al Parque de la Independiencia, en el centro de Bogotá, ya con cámara fotográfica en mano. Allí les darán un chaleco, instrucciones y 20 temas que tienen que retratar durante ese fin de semana. Es decir, los participantes deberán tomar 20 fotografías y entregarlas el 11 de septiembre en el FotoJapón de la calle 72 con carrera Novena antes de las seis de la tarde. Finalmente deberán acudir a la paciencia y esperar el veredicto del jurado compuesto, generalmente, por directores de fotografía de medios de comunicación y profesores universitarios.
Un mes y medio después se sabrán los ganadores y los premios: 10 millones de pesos para el primer lugar en la categoría profesional y una impresora EPSON, por valor de nueve millones 500 mil pesos, al segundo. Los aficionados no se quedan atrás: cinco millones recibirá el dueño de la mejor foto y tres millones en equipos de fotografía a quien ocupe el segundo lugar. Este año habrá una nueva categoría para los muchachos, menores de edad, quienes, como Simón, se atrevan a explorar Bogotá y captar las mejores fotografías así sea con un celular. El ganador recibirá un millón de pesos y su foto se exhibirá en la Muestra Mirada Joven que hace parte del VII Encuentro Internacional de Fotografía 2017, junto a las nueve mejores tomadas por jóvenes que no alcanzan los 18 años de edad.
La Fotomaratón 2016 es una oportunidad para que los aficionados al arte de la fotografía se detengan y reconozcan una vez más a una ciudad como Bogotá; una ocasión para aquellos que no dejan escapar ninguna chance y le dan vida hasta a un objeto, como lo hizo Simón, con una estatua que queda justo al frente de la casa de su abuela: la fundadora del Teatro La Candelaria de la capital.