Cuando Claudia Gurisatti comenzó a sonar como la nueva directora de Noticias RCN en remplazo de Rodrigo Pardo, se comenzaron a despertar los temores y odios en su contra. No había sido nombrada oficialmente cuando los hilos del poder de la Casa de Nariño se comenzaron a mover en su contra. Aunque el presidente Santos nunca se metió directamente en el tema, varios de sus lobistas, como Juan Mesa, se comenzaron a mover para entorpecer su nombramiento. Pusieron a sonar el nombre de Vicky Dávila quien era más afín al gobierno de turno, el de Juan Manuel Santos como lo fue durante el gobierno de Álvaro Uribe. Finalmente el dueño del canal Carlos Julio Ardila no cedió ante las presiones y personalmente, en París, le notificó al Presidente su nombramiento no solo como directora de noticias sino como vicepresidenta de contenidos de la organización Ardila y el canal RCN. Dejaba en claro que era su consentida y en quien confiaba para darle las riendas de un canal que Rodrigo Pardo había dejado en la cola del rating muy por debajo de Noticias Caracol. La diferencia aún se mantiene, pero ha ido disminuyendo en favor de RCN desde la llegada de La Guri.
El recibimiento fue una columna de León Valencia en Semana: ‘’ Si en uno de los dos canales de televisión abierta, quien orienta la información, declara su intención de poner al medio a favor de una causa política, el panorama se torna totalmente oscuro’’.
A la Guri le dicen que es Uribista. Dicen que es delicada con la información que se pública sobre Álvaro Uribe e incluso le recuerdan la entrevista que le hizo a Carlos Castaño, con lo que intentan probar que tuvieron una relación sentimental.
Todo eso es falso. En mi opinión, la desinformación en su contra es producto del odio y la estigmatización de quienes, como ella, no están en el plan de informar y emitir solo noticias que le ayuden al gobierno y al proceso de paz. Gurisatti ha sido implacable. No está enmermelada y porque la conozco puedo decir que es fiel a sus convicciones, pero no ideológicas ni políticas, sino periodísticas.
Es una reportera de raza. Se formó al lado de los mejores periodistas como María Elvira Bonilla y Daniel Coronell y durante más de 20 años ha tenido un espacio privilegiado en las pantallas de RCN, no solo por su amistad con Carlos Julio Ardila sino por su rigor y templanza propios de la mujer del Valle.
Su belleza también juega a su favor y en su contra. Para nadie es un secreto que La Guri es una de las periodistas más atractivas y simpáticas del país. Eso no le gusta a todo el mundo y los celos que despierta se nota en las opiniones públicas y en privado que tienen en su contra otras periodistas con las que siempre ha competido como es el caso de la ex directora de la F.M. Vicky Davila.
La última crítica que circula en redes sociales y en una Nota Ciudadana (A Claudia Gurissati le dieron sopa y seco en vivo y en directo) es por cuenta de la entrevista que le hizo al comandante del Ejército una vez se selló el cierre de la negociación en Cuba. Dicen que el general la dejó sin palabras y fue quien terminó haciéndole preguntas que no pudo responder. Es una interpretación respetable, pero lo cierto es que Claudia Gurisatti ha sido y es ejemplo de independencia que ha marcado el camino para los jóvenes periodistas que ven en ella un ejemplo a seguir.
La última vez que vi a Claudia Gurisatti estaba en la sala de redacción de noticias RCN antes de un consejo de redacción. Ese día era la comidilla en Twitter por críticas frente a la supuesta inclinación editorial del canal. Ese día pude ver que no era así y que la instrucción a sus periodistas era mantener la independencia e informar pensando en sus televidentes y no en los efectos políticos que pudieran tener las noticas que se emitían en el canal. Varios de sus reporteros pueden dar fe de ello y no hay uno solo que pueda decir que ha recibido presiones y al contrario muchos valoran su respaldo y su buen criterio a la hora de recibir el noticiero. Finalmente, la Guri es una estrella del periodismo criollo, y como toda estrella hay quienes la aman y quienes la odian.
