Se dio inicio a la edición número XI del Festival Mundial de Salsa. Empezó con la fase de clasificación para los más de 2.800 bailarines que desde diversos lugares del Valle del Cauca y de las escuelas que tienen asiento en la ciudad, estarán en competencia hasta el próximo 28 de agosto en el teatro al aire libre Los Cristales.
Las modalidades que pondrán sus talentos a consideración del jurado los días 25 y 26 son las amateur de Cabaret; Caleño; One1. El sábado 27 se juzgará a las categorías profesional en parejas y grupos en las modalidades Cabaret; Caleño y One1.
La modalidad ensamble tendrá su espacio en el Teatro Municipal Enrique Buenaventura, el próximo 28 de agosto.
Cuando suena la clave, Cali responde. Los habitantes de la Capital Mundial de la Salsa, sienten el llamado del ritmo y la invitación se mete por Juanchito, el Barrio Obrero, Siloé y otros barrios en los que por sus calles camina la historia de este ritmo que le ha valido que, ante el mundo, la Capital del Valle sea considerada como la ciudad en la que la Salsa, no es solo música: es una pasión.
En el Festival Mundial de Salsa, confluyen la belleza de las mujeres, la elasticidad de los bailarines, la propuesta de baile que impacta a quien lo mira, y en especial, es un evento que aúna, que agrupa, porque en él no hay distingo alguno: es el norte de todo el que llega, a disfrutar de la alegría, de la música y a gozar un espectáculo que no tiene igual.
La Administración Armitage, por intermedio de la Secretaria de Cultura, hace grandes esfuerzos para promover y exaltar a los bailarines de la ciudad y a los que llegan de otras regiones y de otros países con deseos de alzarse con el título de los mejores. Este festival reafirma también lo que se llama 'caleñidad' y que no es otra cosa que la amabilidad, la alegría y el orgullo de ser una de las ciudades en el mundo que más disfruta promueve y se goza ese ritmo que se llama Salsa.
Para un caleño el baile es vida, es fiesta, es reafirmar su ánimo diario, es trabajar duro en la semana y decir el viernes, cuando la brisa empuja el alma hacia los bailaderos, “me voy de rumba”. Y entonces toma la campana, se pone la pinta y se lanza a dejarse conquistar por la música que le llama desde cualquier bailadero de la ciudad.
El festival Mundial de Salsa apenas empieza y ya comienza a sentirse en el ambiente las notas alegres de los pianos, el llamado agitado de las campanas, el ritmo de las congas que señalan que todo está listo para que la edición XI del Festival Mundial de Salsa, 2016, sea todo un éxito.