Fue un alumno destacado en el bachillerato y universidad. Con una beca de excelencia, Andrés Felipe Arias realizó su Maestría y con otra beca del Banco de la República hizo su Doctorado en Economía en la Universidad de California. A los 32 años ya era ministro de Agricultura de Colombia, con una carrera brillante por delante. Un hombre muy inteligente, sin duda alguna. Nada podría detener su ascenso hacia el éxito.
Su marcada tendencia al neoliberalismo quedó evidente por las políticas que adoptó durante su ministerio: aumento de la producción de biocombustibles --desplazando alimentos al sector energético--, una gran inversión de capital en tecnología para el campo y altos subsidios económicos a propietarios de grandes extensiones de tierra (su talón de Aquiles en el escándalo de Agro Ingreso Seguro).
Pero la mayoría de los ministros en Colombia han sido, también, tecnócratas neoclásicos ¿Cuál fue el error estratégico de Arias en su carrera profesional y política? Arias fracasó tanto, al punto que hoy ya pasó de ser prófugo de la justicia a convicto en Estado Unidos. Nadie puede decir que es un ladrón, porque no se robó ni un peso, tampoco se puede decir que es grosero o patán, es más, siempre se le ha visto como un hombre de familia: muy conservador.
Su pulcritud, su hoja de vida intachable, sus grandes logros académicos, su gran inteligencia lógica, no garantizaron su éxito. Como en el caso de Martin Heidegger, el filósofo más influyente del siglo XX, una mente brillante, un gran orador y una personalidad arrolladora. Pero hoy en día nadie puede entender cómo fue Nazi, al servicio directo de Adolf Hitler. Documentos revelan que Hitler le prometió a Heidegger ser el segundo hombre más importante después de él, cuando Alemania dominara el mundo. Quizás la sed de poder de Heidegger se dejó seducir y su brillante mente cayó obnubilada por los destellos de la gloria.
Algo similar pudo haberle pasado a Arias, cuando el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez lo presentó como su más cercano consejero y más leal defensor, después de que confrontara las más serias acusaciones sobre paramilitarismo en contra de Álvaro Uribe. Quizás también Uribe le prometió ser segundo, situación que lo animaría a postularse como precandidato presidencial por el Partido Conservador en el 2010.
Toda esa gloria prometida, el poder, la fama, el éxito, el fuego de Apolo, fue apagado y enlodado por su líder, quien lo dejó solo en el exilio y hoy tras las rejas.
Quizás otra fuese la historia de Andrés Felipe Arias, si no hubiese sucumbido en la trampa de Ícaro, quien al viajar hacia el sol, sus alas fueron derretidas con el calor del mismo, haciéndolo caer en picada al mar.
@ADNeandertal
