En 1970, el escritor caleño, Andrés Caicedo, tuvo una cita con el teatro en Bucaramanga. Para entonces, la Universidad Industrial de Santander realizó el segundo congreso de teatro universitario de Colombia, donde el precoz dramaturgo presentó la adaptación de la obra de José Triana, La noche de los asesinos. Uno de los directores participantes, Enrique Buenaventura, lo contactó de inmediato luego de quedar deslumbrado con su labor como director. Este fue el acto que introdujo al joven escritor a la escena del Teatro Experimental de Cali (TEC), donde se desempeñaría posteriormente como actor y asistente de dirección, tras su paso por la ciudad de los parques.
Cuarenta y seis años después, en agosto de 2016, el talento caicediano regresó a Bucaramanga: la obra LOS IMBÉCILES ESTÁN DE TESTIGO se presentó por primera vez ante un público en una sala teatral. El sitio elegido por el arte y el destino fue la Casa cultural El Solar, un lugar que promueve el teatro, el cine y otras formas de arte, ubicado a pocas cuadras del centro histórico de La ciudad Bonita. Allí, no solamente los “imbéciles” fuimos testigos de esta excepcional puesta en escena; también contamos con la agradable compañía de la hermana de Andrés, Rosario Caicedo. Pero, ¿cómo se hizo posible su regreso a la ciudad?
Rosario Caicedo fue contactada meses atrás por la gente de El Solar: Manuel Moreno y Alfredo Ortiz. También se puso en contacto con Diego Mendieta, un dedicado actor y director quien llevaba 7 años investigando el teatro de Caicedo. Luego de acordar rendir un homenaje al escritor caleño y de la ardua tarea que implica llevar a cabo una pasión, todo quedó listo para que la visita de Rosario fuera la oportunidad para compartir con los asistentes la importancia del teatro en la obra de Andrés Caicedo.
La primera noche del encuentro, el pasado 10 de agosto, Rosario Caicedo presentó el documental Unos pocos buenos amigos, del director Luis Ospina (1986). La obra que el legendario cineasta realizaría casi 10 años después de la muerte de su amigo Andrés, inspirado en su propio duelo y ante el temor de que la gente olvidara su creación, mostraba cómo hasta ese momento su ciudad natal lo desconocía. Este documental se convirtió en la primera película que se hizo sobre el joven escritor y fue el primer largometraje de Ospina en formato de video.
El jueves se presentó, en “estreno” oficial, LOS IMBÉCILES ESTÁN DE TESTIGO; obra escrita por Caicedo hace 50 años, cuando sólo tenía 16 años de edad. El viernes 12 de agosto, el ciclo de presentaciones se cerró con la puesta en escena de un fragmento de la obra en la clase de literatura latinoamericana de la profesora Esperanza Paredes de la Universidad Cooperativa de Colombia, seguida por un conversatorio con los estudiantes sobre la obra literaria de Andrés Caicedo.
LOS IMBÉCILES ESTÁN DE TESTIGO, fue montada por La República Bartolina Laboratorio Bucaramanga y contó con la actuación de Diego Mendieta y Germán Castro Blanco (Bam Bam), dos reconocidos artistas de las tablas, quienes llevan varios años formando personas para el teatro. Diego Mendieta relató cómo llegó la obra de Caicedo a sus manos: “trabajaba como formador de teatro en Formarte, un programa de la Secretaría Departamental de Cultura de Norte de Santander, en el municipio de Mutiscua. Un día que llegué temprano al trabajo se había soltado un aguacero y entré a la biblioteca a protegerme de la lluvia. Iba a tomar un libro, cuando vi uno que decía en el lomo: Andrés Caicedo teatro. Resultó ser una compilación que hizo el profesor Mauricio Doménici en la Universidad del Valle. Habían allí 5 obras de teatro de Andrés Caicedo”. Lo que se vino después de esto fue todo un proceso de mucho tiempo para encontrar nuevamente este libro, que no existía en el mercado y que ni en Univalle pudieron dar con él. Finalmente, el libro -que parecía ser el único sobre la tierra-, apareció en el municipio de Cácota, y gracias a la amistad de Diego con la bibliotecaria, pudo tener una copia de él. Desde entonces, Mendieta se dedicó a planear la puesta en escena de esta obra, que siempre tendría vigencia entre los jóvenes de todas las edades por los conflictos de rebeldía y por la carga existencialista presente en todos sus diálogos.
Gracias a la República Bartolina Laboratorio Bucaramanga, al Teatro Libre de Bucaramanga, del maestro Germán Castro Blanco; a la Casa cultural El Solar, y, por supuesto, a la incondicional hermana de Andrés, Rosario Caicedo, los bumangueses tenemos la oportunidad de conocer una parte esencial de la obra del joven escritor que consagró su vida al teatro, al cine y a la literatura. LOS IMBÉCILES ESTÁN DE TESTIGO se presentará nuevamente al público en el marco del XII festival de teatro Santander en Escena, que se realizará del 26 de agosto al 4 de septiembre. Allí los asistentes podrán disfrutar de la genialidad caicediana caracterizada por llevar la ciudad a las tablas con un lenguaje dramatúrgico diseñado para involucrar al público con el arte de su propia cotidianidad.
Andrés Caicedo Estela, el inmortal escritor regresó a Bucaramanga con su pasión por el teatro; el arte que cimentó y atravesó la totalidad de su obra. Hoy día, luego de más de cuarenta años tenemos la fortuna de serle testigos y de conocer a un artista cuyo talento se convirtió en un fenómeno atemporal y universal.
El próximo año se cumplen 4 décadas de la prematura muerte de Andrés Caicedo y del lanzamiento de su novela ¡Que viva la música! Que sea la visita de Rosario y el “estreno” de la obra teatral, la antesala de lo que será el homenaje que le debemos a Andrés.