Educaré a mis hijos y les enseñaré a respetar. Los educaré para que sean parte activa e integra de una sociedad que avanza, llena de pluralidad y diversidad, y les enseñaré a no tener miedo de ello. Les enseñaré a amar al prójimo, porque me parece sabio el mensaje de Cristo a pesar de no ser del todo creyente. Les enseñaré a aprender, no a repetir, y a que disciernan y hagan sus propias conclusiones sobre la realidad; sobre aquello y aquellos que los rodean. Les enseñaré a tener un criterio propio. Los educaré para que sean aquello que su corazón les dice ser, porque aprenderán también a respetarse a sí mismos y no a reprimir ni a reprimirse.
Les diré que la vida no es siempre blanca o negra, sino que está llena de matices y en esos matices se encuentra la riqueza del ser, del existir. Los enseñaré a amar la cultura y toda expresión artistica, los enseñaré a amar su folclor y el lugar en el que nacieron. Preferiré verlos poniéndose faldas y pantalones, aretes y tirantes, antes que jugando con un arma de juguete, porque si hay algo que no quiero promover es la violencia. Les enseñaré a amar a los animales y a respetar la naturaleza, para que logren vivir en armonía con su entorno. Ayudarán a los adultos mayores y les hablarán con respeto y nobleza. Les mostraré que autoestima no significa ego y que conocimiento no significa arrogancia ni soberbia. Les mostraré, a través del ejemplo, que no hay verdad sino verdades y que cada ser humano tiene una, y cada una se debe respetar por igual.
Los educaré para ser un ejemplo de tolerancia para que el día de mañana defiendan a los débiles y sean la voz de las minorías. Los educaré así por que quiero un mejor país, un país donde se marche por el cese de la guerra y no por la continuidad de la misma, donde se luche por los derechos de los pocos y no por censurarlos. Les enseñaré que levantar la voz es útil solo cuando nuestras palabras piden igualdad, integración, respeto, amor y progreso.
En otras palabras, los educaré para ser personas y amar a las personas sin importar su sexualidad, clase social, opinión política, color de piel o religión, porque solo así podemos recuperar la fe, a veces tan perdida, en esta humanidad. Los educaré así porque sé que así, y solo así, serán personas felices dispuestas a entregarle una sonrisa al mundo, por que sé que el mundo les sonreirá a ellos.