Gina y su pareja, ese es el lío
Opinión

Gina y su pareja, ese es el lío

Por qué nadie se ha atrevido a nombrar públicamente la condición de políticos homosexuales de altísimos niveles? Porque “no se han boleteado”

Por:
agosto 10, 2016
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El problema no es que Gina Parody sea lesbiana; ese es asunto suyo. Tampoco que sea ministra; es una mujer capaz. El problema es que es la ministra de Educación en un país mayoritariamente conservador en sus principios y que, como dicen los muchachos, “se ha boleteado”… Y ahí está la raíz del problema.

No me voy a enredar en si la ministra quiere dar cátedra de homosexualismo a los niños ni nada que se le parezca, porque francamente es tan absurdo como los que lo están sosteniendo. Es clarísimo que la cartilla está dirigida a los profesores, adultos con criterio propio, para que tengan elementos suficientes para despejar las dudas que surjan de sus alumnos; eso es todo. Salvo que todas las partes involucradas han dicho las verdades a medias, el resto es un vil matoneo a la jefe de la cartera de Educación por su condición homosexual.

¿Cómo es que se está pretendiendo sensibilizar a un país ultragodo en sus costumbres como el nuestro, sobre un tema tan polémico como todo lo concerniente a la comunidad LGTBI? Hay tanto desconocimiento al respecto, que la mayoría piensa que ahora con tanta información a través de las redes, o con tanta apertura de los medios de comunicación, o que a través de una cartilla se puede fomentar que haya más homosexuales que antes, porque se les está enseñando a los niños “esas prácticas”.

Lo primero que debo recordarles es que fuimos conquistados por los españoles que nos trajeron una religión loable en sus orígenes, pero acomodada por ellos para su propio beneficio e intereses económicos y políticos. En ese orden de ideas, los curas no se pueden casar, las mujeres somos menos que los hombres y debemos servirles, por lo tanto no tenemos cabida en la alta jerarquía de un Vaticano tremendamente machista –por ejemplo-, como tampoco los homosexuales en la sociedad porque “son enfermos” y –de remate- ¡todo es pecado! Eso es lo que nos rige.

Lo segundo, es que lamento informarles que la naturaleza humana ha sido siempre la misma y que si antes se tapaba más el asunto, no quiere decir que no existieran los LGTBI. Siempre los ha habido, solo que ahora se les están reconociendo sus derechos como corresponde y entonces parece que había más “clósets” cerrados de los que nos imaginábamos. Pero es justo en ese reconocimiento donde se están cometiendo errores de forma, más que de fondo.

Me refiero a que en el afán de hacer valer esos derechos, se está educando no con paciencia sino con fuete a la sociedad colombiana en un tema difícil de asimilar para ella. Lo que quiero decir, es que tanto las autoridades como la misma comunidad LGTBI no están teniendo mesura ni paciencia para ir paso a paso enseñándoles a los colombianos sobre su naturaleza y el derecho a vivir abiertamente con su realidad, como cualquier ciudadano que se respete.

 

 

Los LGTBI más que reclamantes
de sus derechos con mesura
se volvieron retadores en sus actuaciones públicas

 

 

En ese orden de ideas, los LGTBI más que reclamantes de sus derechos con mesura se volvieron retadores en sus actuaciones públicas. Por ejemplo, le arman besatones al procurador Ordoñez y no solo lo molestan a él, sino a una población que además de lidiar con la violencia propia, debe hacerlo a la brava con un tema para ellos moral que apenas comienzan a discernir y que puede o no ir contra sus principios. Mis queridos LGTBI, eso se llama educar con fuete y así no funciona; lo único que logran es más radicalización de posiciones contrarias, por absurdo que les parezca. Sean pacientes.

En el mismo sentido, para nadie es un secreto que hay desde políticos renombrados hasta un ex primer mandatario homosexual, pero ninguno se ha “boleteado” como lo dije al comienzo. Han manejado con prudencia su vida personal y sus preferencias homosexuales, entonces nadie se mete con ellos.

Qué quiero decir. Que el presidente de la República nombró a Cecilia Álvarez ministra de Transporte y nada había pasado; en círculos influyentes y en parte de la opinión pública se sabía de su lesbianismo, y aunque causaba resistencia no pasaba nada porque era jefe de la cartera de Transporte. Pero en “Educación”, “E-d-u-c-a-c-i-ó-n”, de la que depende la formación de niños y jóvenes de Colombia, se asignó a la pareja de la de Transporte, a Gina Parody, en este país que se dice liberal pero que es más que ultragodo con estos temas.

Hasta ahí ya el hecho es osado; válido, pero osado. Pero no siendo suficiente con una pareja homosexual en el gabinete gubernamental, y aquí va mi punto, las ministras “se boletearon”; posaron como pareja para diferentes medios de comunicación y quién dijo Troya. Todas las camándulas del país se alborotaron y se llevaron por delante los aplausos de una inmensa mayoría de nacionales, padres de familia, que se han resistido a la permanencia de una ministra gay en la cartera que rige el destino educativo de sus hijos. ¿Valientes? Sí; ¿prudentes? No. ¿Por qué? Por lo que -sobre todo- representa Gina.

¿Por qué nadie se ha metido ni atrevido siquiera a nombrar públicamente la condición de esos políticos homosexuales de altísimos niveles? Por eso, porque –insisto- “no se han boleteado”; han sido prudentes porque saben en qué aguas se mueven, en qué sociedad viven. Entienden que aquí no es con fuete, sino con p-r-u-d-e-n-c-i-a.

Escuché al organizador de la marcha decir que la educación sexual es solo pecunio de los padres de familia y que el colegio se debe dedicar exclusivamente a lo académico. ¿Será que el señor piensa que a los niños no les llega información de todas partes y no los asaltan las dudas? ¿Será que no es mejor que los profesores tengan una guía profesional sobre cómo responder a preguntas de género provenientes de los estudiantes? ¿No será bueno construir lazos de confianza con el colegio y sus docentes para que las familias estén apoyadas en los escenarios que “definitivamente no están bajo su control”, porque en cualquier momento sus hijos querrán despejar dudas y no necesariamente van a escoger a sus progenitores?

¡Hasta el próximo miércoles!

 

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