La nueva Facultad de Educación de Los Andes
Opinión

La nueva Facultad de Educación de Los Andes

Allí se formará a los futuros educadores de Colombia en un ambiente de libertad, posibilidades, visión crítica y reflexión

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agosto 05, 2016
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Una muy buena noticia para el país: se inauguró la nueva Facultad de Educación de la Universidad de Los Andes. Dirigida por Eduardo Escallón -un ser humano muy especial, un académico muy sólido-, esta facultad sin duda hará un aporte importante para formar a los futuros educadores de Colombia en un ambiente de libertad, posibilidades, visión crítica y reflexión. Esperamos que la educación sea una opción para jóvenes muy destacados y, así mismo, que con los distintos programas de becas que ofrecen el Gobierno y Los Andes, personas de todo el país y de todos los estratos económicos tengan acceso a una universidad llena de opciones con un grupo de profesores muy preparados.

En la inauguración me llamó mucho la atención escuchar a Alberto Espinosa, de Empresarios por la Educación, centrando sus palabras en la importancia de la formación humana, del desarrollo del ser, en el papel que debe desempeñar una Facultad de Educación. Llena de esperanza saber que Empresarios por la Educación hace fuerza para ese lado, cuando a veces seguimos tan obsesionados con las pruebas estandarizadas, desconociendo que lo humano y lo intelectual deben ir de la mano, y que cuando existe bienestar emocional, entre otros, hay mayor aprendizaje y mayor creatividad.

Luisa Pizano, muy destacada educadora y directora de la Alianza Académica, mencionó que Los Andres debía desempeñar un papel importante en la elaboración de políticas públicas en educación, en especial, en la construcción de un currículo estandarizado para Colombia, más allá de los lineamientos que se dan desde la Constitución, las leyes y el Ministerio de Educación. En su opinión, Colombia necesita un currículo fijo para todo el país (por currículo, Luisa entiende qué enseñar, cómo enseñar, para qué enseñar, cómo evaluar, y los materiales y textos que se deben utilizar).

No estoy de acuerdo con establecer un currículo estandarizado. En mi sentir, la educación debe ser flexible, respetar la autonomía de las instituciones y sus modelos pedagógicos, así como las particularidades de las regiones y los contextos. Pero más allá de eso, recordé a Julián de Zubiría, otro educador maravilloso. Porque si vamos a construir un currículo nacional, tendríamos que sentarnos a pensar qué es lo que verdaderamente vale la pena enseñar hoy en día en Colombia.

Y lo recordé porque asistí a una charla suya fantástica, en el marco del Primer Encuentro de Lectura Crítica organizado por la Fundación Podemos, hace dos meses, en el que los mejores colegios del país compartieron sus mejores prácticas en temas de comprensión lectora. Como afirma John Hattie, nada mejor en educación que compartir prácticas exitosas. Lo recomiendo mucho para todas las instituciones educativas. Las ponencias pueden ser vistas aquí.

 

A un colegio se van a hacer tres cosas esenciales:
aprender a pensar, a comunicarse y a convivir.
Lo demás sobra

 

Julián expuso, una vez más, lo que lleva diciendo durante varios años. Que a un colegio se van a hacer tres cosas, que son esenciales. Que lo demás sobra. Esas tres cosas son aprender a pensar, a comunicarse y a convivir. No hay que saberse los afluentes del Magdalena. No hay que saber fórmulas de Cálculo Avanzado. Muchas de las cosas innecesarias que los colegios enseñamos están totalmente desconectadas de las necesidades de las vidas de los estudiantes (como lo dice Daniel Cassani) y además ya el Internet nos permite tener acceso a todo el conocimiento posible. Pero pensar, comunicar y convivir son procesos imprescindibles.

Las grandes reformas en educación en otros países se han dado en estos tres aspectos. Los colegios no somos innovadores, desperdiciamos recursos y energía, y nos centramos en cubrir toda suerte de áreas y de contenidos que son sugeridos por el Ministerio por miedo a no cumplir. En el entretanto, perdemos tiempo maravilloso para desarrollar lo que es esencial. Una persona que sepa pensar, comunicarse y convivir, podrá construir una vida significativa y aportar a la sociedad, como un buen ciudadano. Yo le agregaría a esas tres cosas la importancia de educar las emociones y de tratar de desarrollar la dimensión espiritual (no religiosa), para tratar de darle un sentido a la vida, en el mismo sentido que Carlos Gaviria proponía.

¿A qué se va a una escuela? ¿Para qué los colegios? ¿Son necesarios? Hay muchas respuestas. Luisa enfatiza en la importancia de los textos y materiales estandarizados (sus colegios en La Alianza y Los Nogales demuestran que los materiales y textos son muy valiosos y, junto con una metodología clara, demuestran resultados muy positivos). En el entretanto, Julián de Zubiría no tiene notas en su colegio –El Merani-, dice que nos hace falta innovación, así como concentrarnos en lo vital. ¿Cuál de los dos enfoques escoger? ¿Cómo conciliarlos?

Por su parte, Barbara Oakley, la famosa científica de los cursos masivos online de Coursera (Aprender a Aprender), también estuvo en Colombia traída por Colfuturo y dictó una charla estupenda sobre cómo aprende el cerebro. Con ella aprendimos que el cerebro necesita del descanso, del ejercicio, del sueño y del ocio para aprender, tanto como de la concentración y el esfuerzo. A propósito de la pregunta de un estudiante asistente, ella dijo que las tareas no son necesarias y que los estudiantes necesitan más tiempo libre, más sueño y más juego. Fascinante.

Todas estas ideas nos sirven para pensar mejor nuestros currículos y para ser consideradas a la hora de debatir políticas públicas. Siempre estaremos llenos de dudas pero parece que en educación menos es más. Menos contenidos, más procesos de pensamiento en profundidad. Y recordar también que el juego, el descanso, las artes, la música, el cuerpo y el desarrollo del ser son fundamentales. En todo esto, la Facultad de Educación de Los Andes jugará un papel importantísimo desde la formación de futuros educadores, desde las investigaciones que realice y desde su rol de centro de pensamiento que orienta las políticas públicas en educación. Desde acá, muchos éxitos en sus labores.

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