Llevo muchos años ejerciendo esta ardua pero bella labor: hacer que este mundo sea cada día un poco más justo. Es difícil, todos lo sabemos, pero yo aún no pierdo la fe ni la esperanza de que en unos años nuestra sociedad, la sociedad de nuestros hijos, sea mejor. Por eso me levanto cada mañana, llego a mi trabajo y en cada caso asignado trato de hacer lo mejor, lo que creo más justo. Y ahora que el liderazgo de tan importante entidad va a ser ejercido por una persona con una capacidad tan grande de trabajo, me llena de regocijo. He seguido su trayectoria política, sé que es un gran abogado, que tiene la estructura del Estado en su mente, que ha recorrido desde distintos ángulos la historia reciente de la política Colombiana y sus instituciones, que no se va a dejar cegar por el poder que tendrá de ahora en adelante en su manos.
Todos rogamos que así sea. Por eso hoy, señor fiscal, quiero darle la bienvenida a la Fiscalía general, a nuestra Fiscalía, una entidad que tiene mucho por aportarle al país, a la justicia. Toda las administraciones han aportado cosas buenas y nefastas, es casi imposible que una administración llegue a la perfección de su ejercicio, pero no se trata de desprestigiar una administración que queda atrás, sino de aprovechar lo bueno logrado, como también conocer lo mal que hizo para que esos errores no se repitan. Esta administración luchó por una modernización que sacó adelante, pero que promovió la desigualdad al aplicarla. Por eso hoy, señor fiscal, me siento en la necesidad de contarle algunas cosas que han sido muy evidentes en estos años para que usted las conozca y a su buen saber las tenga presentes para que logre un enfoque más objetivo y claro de lo que es la entidad desde sus cimientos: desde los funcionarios que, aunque estamos abajo, somos los que tenemos la carga más pesada en este andamiaje .
Para nadie es un secreto que con esta reestructuración que, aunque muy necesaria, se crearon cargos que reflejan la burocracia para suplir necesidades serias en la entidad. No es posible que hayan funcionarios con cargos de fiscales con unos salarios superiores a los 20 millones de pesos, pero que no ejerzan su labor. Fiscales delegados ante tribunales que están en comisión en el despacho, en otras áreas, tienen asignado conductor, hasta esquema de escoltas, un despilfarro innecesario en esta época en la que muchas entidades del estado están trabajando con las uñas por el recorte presupuestal. No obra en justicia que mientras muchos fiscales, que en realidad ejercen su labor llevando procesos -- con unos volúmenes de trabajo demasiado altos-- que están amenazados por cumplir con su labor, usen transporte público exponiéndose a peligros debido a las amenazas que posan sobre ellos. Mientras que funcionarios con funciones netamente administrativas tengan salarios tan altos, cuando en realidad los fiscales que sí están ejerciendo día a día estas funciones, exponen sus vidas, sacrifican sus familias, su salud pero no son igual remunerados. Las comisiones no son un delito, eso está claro, pero tampoco se puede hacer uso de ellas para complacer a personas que a veces ni siquiera van a la entidad.
Tampoco es justo que estos funcionarios llamados 'Fiscales delegados ante tribunales', que no ejercen sus labores como fiscales, no tengan y no hayan tenido sus funciones claras en estos años. No se conoce claramente a qué se dedican. Fueron nombrados como fiscales en comisión en el despacho pero sin una función clara, como es el caso de la Dra. Claudia Patricia Ospina Buitrago, quien durante un tiempo fue la delegada del señor fiscal en los comités, y luego le fue otorgada una comisión de estudios remunerada en España. Pero la verdad es que se fue a hacer la tesis de un doctorado que había cursado hace más de 8 años y por abandono no había presentado el trabajo de grado para poderse graduar. A ella la premiaron otorgándole una comisión de estudios remunerada para hacer una tesis que hace muchos años debió presentar.
Este es un solo caso de tantos, pero que usted, a medida en que avance en su gestión, conocerá otro caso: el de las asesoras de despacho, que en realidad fueron nombradas hace 2 meses como fiscales delegadas ante tribunales. Tal es el caso de Diana Rodríguez, quien fue muy maltratadora con los funcionarios a su cargo y que luego fue reemplazada por la Dra. Rocío del Pilar Forero, quien implantó también un régimen de terror en el despacho de gritos, de amenazas, de malos tratos, de abusos y de acoso laboral, y todas las arbitrariedades que cometía las hacía en nombre del “jefe”, refiriéndose al Sr. Fiscal, cuando él ni se enteraba de lo que realmente estaba sucediendo en su despacho. La Dra Rocio llegó a tener el control absoluto de todos los nombramientos y era quien decidía, aún por encima de la decisión del Dr. Montealegre, quién ascendía, quién se quedaba o quién se iba de la Entidad. En un caso claro de nepotismo, hizo nombrar a su esposo y a su hermano como profesionales expertos con salarios de 9.000.000 de pesos en la Fiscalía.
Con esto no pretendo otra cosa que hacer conciencia sobre lo que puede pasar en una entidad, cuando llegan personas que no se caracterizan por tener calidad humana, que al menor soplo de poder abusan y maltratan a los demás funcionarios. Señor fiscal, esto no se trata solo de hacer una buena gestión, se trata también de que esa buena gestión esté acompañada de un buen ambiente laboral, que los funcionarios se sientan motivados realizando su trabajo, porque cuentan con el respaldo y buen trato de la alta dirección. Le deseo el mayor de los éxitos en estos 4 años que empiezan para usted y para nosotros, y desde ya cuente con nuestro compromiso para sacar adelante el proyecto que tiene en mente para la Fiscalía.