Una de las fechas más esperadas y temidas por Nairo Quintana en este Tour de Francia era la contrarreloj del viernes 15 de julio. Los 37 kilómetros y los fuertes vientos que azotaban esa parte de Europa iban en contra de sus intereses. Sus 52 kilos y 157 centímetros eran demasiado escasos para competir con los gigantes europeos. Su equipo, el Movistar, sabía a lo que se enfrentaba por eso trató de contrarrestar su desventaja física a punta de tecnología.
No sólo los científicos que rodean al equipo español se preocupan por darle la mejor bicicleta o un casco aerodinámico. El traje que llevaría en esta ocasión se asimilaba perfectamente como una extensión de su cuerpo. Sobre la superficie azul aparecían unas escamas que le permitían a su piel respirar mejor, cómo si en vez de un hombre se transformara en una rara máquina anfibia. Ese uniforme sólo se le ajustaba y respondía al código genético de él.
En la madrugada del 12 de diciembre del año pasado en la sede del Movistar en Pamplona, Endura Limited, la firma escocesa que viste al equipo español citó a Nairo Alexander Quintana. El boyacense se desnudó y pasó a una cámara especial en donde una línea roja recorría su cuerpo. Dentro de un computador se iba creando un avatar en tercera dimensión con las mismas características de nuestro pedalista.
Después de tener su réplica virtual Nairo pasó al túnel de viento, un lugar en donde, sobre una bicicleta estática, los corredores pedalean a fondo en una realidad paralela. Allí, en el computador, un ingeniero británico va mirando, al detalle, en qué áreas del cuerpo el colombiano genera más calor. Así es más fácil acomodar el traje según el desempeño de su propio organismo.
Durante cinco horas los ingenieros de Endura Limited, encabezados por Jim Mc Farlane, crearon el scanatar, la versión en 3D de Nairo. Una vez lo tuvieron en sus computadores ya no necesitaron al pedalista para hacer las pruebas. Su avatar tenía una vida propia mientras su versión de carne y hueso conquistaba las carreteras europeas.
El viento durante la contrarreloj era casi un huracán. Los especialistas creían que Quintana perdería cerca de cinco minutos con su archirrival Chris Froome. Nada de esto sucedió. El único inconveniente que tiene su traje es el de que, al estar tan pegado a su cuerpo, los rayos ultravioletas del sol golpean duro contra la espalda. El viento, que lo retrasaba más que a los mastodónticos británicos, franceses, holandeses y alemanes, no le afectó tanto gracias al desarrollo de su traje. Su desempeño fue tan bueno que le alcanzó, a pesar de no tener la contextura física, para estar entre los 20 primeros de la etapa y perder sólo dos minutos con Froome.
Exhausto Nairo se retira a su tráiler. Su equipo, cuidadosamente, lleva el traje del ciclista a revisar cada chip, cada información que el uniforme guarda y que ayuda al Colombiano a ser uno de los mejores pedalistas del mundo.