Casi todo lo que hacemos en un día genera datos, nos conectamos gratis a una red Wi-Fi para mirar el WhatsApp e inmediatamente se captura nuestra información básica; compramos más barato con una tarjeta cliente y ahí quedan los datos de que compramos, donde y cuando; buscamos por internet un hotel o un vuelo e inmediatamente queda almacenado nuestro interés, el cual aparecerá como publicidad en todas las páginas web que luego miremos; todo esto sin contar con los datos que capturan las tarjetas de crédito o débito cuando las utilizamos.
El procesamiento de estos grandes volúmenes de información es lo que se conoce como el Big Data (macrodatos), anteriormente no se tenía la capacidad de procesarlos, pero hoy en día gracias a la convergencia de recientes avances en computación, aumento en la capacidades de almacenamiento y desarrollo de nuevos algoritmos, es posible identificar patrones de comportamiento.
¿Quiénes usan esta información? Las empresas apenas están empezando a entender el potencial, la mayoría no saben qué hacer con el volumen de datos que capturan, todavía en Colombia los supermercados con tarjeta de afiliación no han logrado generar promociones dirigidas sobre las mercancías que consumen sus clientes, habrá que esperar sentado a que esto pase. En cambio, empresas como Netflix o Amazon permanentemente hacen recomendaciones de sus productos a partir de los hábitos y preferencias identificados en sus clientes. Target (una tienda en Estados Unidos) logra predecir embarazos a partir de los productos que compran sus clientes, con el inconveniente que una vez envío un volante promocional de productos para bebe a la casa de una adolescente antes de que ella le hubiera contado a sus padres que estaba embarazada.
Algunas empresas en Estados Unidos han logrado variar los precios de sus productos por internet dependiendo de las características del cliente que está realizando la compra, el precio es más alto si se usa un Mac (pues se asume es un cliente con más recursos) y si la compra se está generando a través de un equipo conectado desde una zona de estrato alto.
Existen otras aplicaciones donde todos aportamos datos a cambio de un beneficio común, como es Waze, aplicativo de origen israelí comprado por Google que tiene más de 50 millones de usuarios, las personas lo utilizan para identificar la ruta más rápida para llegar a su destino, y a cambio informan a través del movimiento de su automóvil el estado del tráfico. El aplicativo permite estimar la duración del viaje con una exactitud asombrosa para ciudades de tráfico tan impredecible como Bogotá, que según Waze es la segunda ciudad más caótica para manejar (después de Bandung en Indonesia) entre las 167 áreas metropolitanas donde opera. Waze indica alertas en carretera, rutas de amigos sincronizados y hasta donde se encuentra la policía de tránsito haciendo redadas. La persona que lo usa, sabe que esta donando sus datos, y que todos los demás se benefician de ello. Todos ganan.
WheaterSignal es otro aplicativo (App) de origen inglés que trata de solucionar la necesidad permanente de conocer el estado del clima en Inglaterra (donde hay un gran espectro para la categoría de malo), toma información barométrica (humedad, temperatura, luz) desde los teléfonos inteligentes Android en operación y la utiliza para reconfigurar las predicciones, logrando una exactitud mucho mayor que las logradas por las pocas antenas que tiene el IDEAM en el país y que puede ser la causa de sus débiles predicciones.
El sistema de salud junto con los sistemas de transporte parecen ser los que llevan la delantera en el análisis de Big-Data. Aplicaciones como Flu-Trends de Google, permite predecir el recorrido de un la influenza en el mundo en tiempo real, con una ventaja de dos semanas sobre los reportes de brotes indicados por los doctores a los sistemas de salud. Algunas compañías de seguros de salud esperan poder identificar los hábitos de consumo de sus clientes para promover una vida sana a cambio de descuentos en sus pólizas, o reconocer variaciones de comportamiento en personas que pueden requerir atención médica permanente, como aquellas con problemas depresivos o diabetes.
La filosofía detrás del Big Data es identificar aquello que se puede descubrir a partir de largos volúmenes de información “sucia”, puesto que proviene de varias fuentes y en diferentes formatos: estructurada (bases de datos) y no estructurada (textos como Twitter). Todavía falta mucha innovación por desarrollar para lograr ideas correlativas que sean útiles, pero hay un apetito insaciable por analizar información y muchas personas dispuestas a proveer sus datos a cambio de algún servicio.