La ecuación de Min. Defensa:
M=( S+D±√P)/(Ty C) 353A
en la que:
M, es la manifestación
S y D, es la variable Sangre y Disturbios
P, es la protesta
T y C, son el denominador Terrorismo y Criminalidad
353A, Artículo del Código Penal
La ecuación del pueblo:
M=( S+D±√P)/(Te y C) T1. A2
en la que:
M, es la Manifestación
S y D, es la variable Soberanía y Dignidad
P, es el pacifismo
Te y C, son el denominador Terror del Ejercito [Esmad] y Crueldad
T1.A2, Título primero, artículo segundo, de la Constitución Política de Colombia
El Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, puso en consideración ante el congreso un “proyectico” que lleva como insignia: “medidas contra la criminalidad y la financiación del terrorismo”.
Una iniciativa muy particular, que busca reformar el artículo 353 A del Código Penal, (obstrucción de vías públicas).
Vale la pena enmarcar el proceso por el cuál trascurre Colombia en “estos momentos”.
Pero lo más curioso es el comentario del Ministro: “la protesta social es legítima, la promovemos, la respetamos e invitamos a los ciudadanos a que se manifiesten, pero no es aceptable cuando termina en bloqueos que atentan contra los derechos de los ciudadanos, pero más grave aún en una promoción de la violencia, por eso quienes promueven estas protestas van a tener que pagar las consecuencias”.
Palabras más, palabras menos, en éste proyecto no hay un “Mico”, está un zoológico enfermo ahí.
En la ecuación del ministro no se le pasa ningún detalle, la reforma del Código Penal está calculada algebraicamente, es decir, con varios procedimientos alcanzará el resultado; un procedimiento inicial es cambiar la variable “por medios ilícitos” y sacar ésta última traerá implicancias para el resultado final.
Otro procedimiento es, agregar el verbo “participación” para llegar más fácil al resultado = judicialización.
La matemática de Santos y Pinzón es como la incompletitud de Göde.
Mientras Pinzón defiende sus nefastos axiomas diciendo: “Quien incite, dirija, participe, constriña o proporcione los medios para obstaculizar (…) las vías o la infraestructura de transporte de tal manera que atente contra la vida humana, la salud pública, la movilidad, la seguridad alimentaria, el medio ambiente o el derecho al trabajo, incurrirá en prisión de 3 a 5 años”.
Es decir el denominador Terror y Crueldad se simplifica para terminar con la fórmula que quiere el gobierno, criminalizar la manifestación.
El debate consiste en determinar con cuál ecuación se queda Colombia.
El resultado dependerá del rumbo que tomará Colombia frente a éste “zoológico” que nos quiere meter nuestro gobierno democrático; la coyuntura social debe depender de ambas partes, que se preparen las agrupaciones, movimientos socio-políticos y demás gremios del país, porque la matemática no se equivoca.
Y ¿las vías de hecho se pueden utilizar?, ¿se puede utilizar la tutela?, ¿podré gritar que estoy disconforme?, ¿puedo manifestarme?...
El país se paralizó, el gobierno reaccionó con la -fuerza bruta- los desmanes a los que se refiere el ministro, no son más que las “infiltraciones” de ésta misma fuerza, el sabotaje por parte de la Policía Nacional, Ejercito Nacional y Escuadrón móvil Antidisturbios no tiene límites.
Ojalá no nos de temor utilizar las variables que tenemos a disposición, se vislumbra un gobierno que ve ilegítimo manifestarse y protestar por sus derechos, un gobierno que ilegitima la voz de los estudiantes, caficultores, lecheros, mineros, paperos, arroceros, camioneros…
Pero que legitima la fuerza pública con tanquetas, granadas de gas de mano, granadas de aturdimiento, bastón Tonfa…
El gobierno hizo el despeje de la raíz P, la protesta, por el método más fácil, la simplificó con la fuerza y opresión, mientras la raíz cuadrada del pueblo que es el pacifismo se mantiene constante.
Hago un llamado a los colombianos, para que no nos de miedo salir a gritar, manifestarse, protestar y decir que no apoya un gobierno que trabaja para intereses propios y no colectivos, recordemos en campaña política como se disfrazan y que ya muchos siguen la misma tangente.
Llegó la hora cero, y no precisamente estoy hablando de marzo de 2014 porque infortunadamente muchos seguirán en el mismo círculo de compra de votos…
Hablo de la hora en la que debemos hacer valer nuestros derechos de soberanía y de dignidad como ciudadano de la tierra colombiana, porque si se criminaliza la protesta, el silencio y la impunidad queda en primer plano y en lo que el gobierno estaría completamente de acuerdo.
Espero que no se llegue el día, en el que tenga que pedir permiso y/o autorización para manifestar y reclamar mis derechos.
Tengo fe que nos quedaremos con la ecuación del pueblo, la que tiene un único resultado, T1.A2, Título primero, artículo segundo, de la Constitución Política de Colombia.