Diego Mariño, un ingeniero industrial de los Andes de 33 años, vivía con la tortura que representa ser miope en Colombia. Aunque intentó con gafas convencionales siempre era un inconveniente cuando bailaba, jugaba fútbol o nadaba. Soñaba con el día en que pudiera llegar a una óptica y comprar, con facilidad, unos lentes de contacto que se le amoldaran sin ningún problema a sus ojos. Después de mucho intentarlo lo consiguió.
En el 2014 perdió sus lentes de contacto. Desesperado fue a la óptica y volvió a vivir el karma que significa comprarlos en Colombia. Fue dos veces y se sorprendió del dineral que costaban. Nunca tuvieron los lentes que él necesita. La excusa se hacía pesada como un yunque: ya estamos trabajando en eso, vuelve la otra semana que con seguridad los tenemos. Esa semana se convirtió en una espera de dos meses. Con la ansiedad de los ciegos, Mariño tuvo una idea: se acordó de Jaime Oriol un español que había conocido en un MBA de la escuela de negocios de la universidad de Wharton en Filadelfia y que, seducido por Colombia, se había trasladado a Bogotá en donde buscaba proyectos de emprendimiento.
Fue una tarde pasada por café y por recuerdos. Juntos diseñaron una estrategia para contrarrestar las molestias que afectan a las millones de personas que sufren de miopía. Se dieron cuenta que el problema residía en la pésima operación logística en la industria y en un canal de distribución poco eficiente. Esa tarde de 2014 nació Lentes Plus.
La idea Tic de Oriol y Mariño soluciona todos los problemas que sufría el usuario de los lentes de contacto. Primero su modelo de negocio innovador le permite tener unos precios que están 30 por ciento más barato que en ópticas convencionales. Segundo, manejan el mayor inventario del país porque le dan al cliente básicamente lo que necesita. Su página web le permite al comprador escoger lo que necesite y ofrece una infinidad de modelos que una óptica común y corriente no puede brindar. Tercero, Lentes plus entrega en 24 horas los lentes sin que la persona se mueva de su casa o de su lugar de trabajo. Cuarto la tienda, al ser virtual, no se cierra y funciona los siete días de la semana.
En noviembre de ese año la iniciativa fue tan exitosa que ya se había expandido a México. Motivados a tener un sentido social, Lentesplus se inventó una alianza en donde por cada compra que se haga la compañía le regala unos lentes a todo aquel colombiano que lo necesite.
La sorpresa que se llevaron Oriol y Mariño fue comprobar que casi la mitad de sus clientes residían en pueblitos apartados de la geografía nacional. En muchos de ellos la única óptica que existe es la virtual de Lentesplus. Sus operadores logísticos son capaces de cubrir el 98 por ciento de Colombia.
Con Lentesplus las ópticas físicas quedan obsoletas. Ahora no hay que pedir cita, esperar una semana y después quejarse de que nunca se encontró el modelo que nuestro ojo necesita. Gracias a ese encuentro de Oriol y Mariño hasta una viejita en el pueblo más apartado del Catatumbo podrá recuperar su vista y volver a ver los colores encendidos de la selva colombiana.
¿Cómo funciona?
