Toda esta cosa del paro parece confusa. Yo por lo menos no he logrado nada, especialmente la posición del gobierno y después la de cada uno de los sectores en conflicto que son tantos que al final no se sabe bien qué le han incumplido a quién. Pero como viene pasando hace varios años, las cosas comienzan suavecito -recuerden lo de “el tal paro no existe”- y se complican hasta que le toca al gobierno bajarse los pantalones y conceder de todo, inclusive mentiras.
Ahora, los mensajes encontrados, difusos y confusos son lo que más enredan la pita. El presidente, en ese tipo de declaraciones en las que pretende demostrar que es un tipo rudo, sostuvo con cara de serio que “no va a permitir el cierre de las vías”. Y las vías están cerradas hace diez días.
Dicen, por otra parte los ministros, que van a garantizar la protesta y aparecen tres muertos que nadie explica. Opinan otros oficiosos voceros nacionales que no hay razones para la protesta y el presidente con carita de yo no fui acepta que sí se han cumplido cositas, pero pocas.
Y ahora vienen los camioneros y aseguran que entran al paro pero no van a bloquear las vías. Esperemos a ver qué pasa cuando empiecen a pincharle las llantas a los que no acojan la orden de inmovilizar vehículos.
En el Cauca se unieron indígenas y afros en una protesta que tiene rabioso al ministro de Agricultura. Y pensar que en el paro pasado fue precisamente Aurelio Iragorri quien gracias a su paciencia logró que se levantara ese movimiento que tenía además el componente de las dignidades cafeteras y paperas, grandes sectores de la economía campesina. Pero esta vez, no sé si lo cogieron en un mal día porque lograron sacarle la piedra. Le dijeron “paraco, gran hijodeputa” como él mismo nos contó por radio a nivel nacional mientras se retiraba furioso de las negociaciones y aseguró que los del paro debían pedirle perdón por haberlo ofendido en su dignidad. No es que me parezca bueno que le recuerden de mala forma a la mamá o que lo relacionen con el uribismo por aquello de paraco, pero él ya debía haber aprendido que en esto de los paros el que se cansa o se enoja, es el que pierde.
Los ministros cansados, las promesas incumplibles,
¡incumplidas!
El gobierno sin iniciativas para la crisis económica
Así que la perspectiva de solución no está fácil, los ministros cansados, las promesas incumplibles, ¡incumplidas! El gobierno sin iniciativas para la crisis económica, diferentes a la esperanza de que al firmar la paz con la guerrilla, se retome el crecimiento como por arte de magia. Y en vez de arreglarse los bloqueos, aparecen las tractomulas que con una que se haga la varada ya paralizan cualquier carretera de Colombia. Ah, y el uribismo recogiendo firmas para un referendo revocatorio como el de Venezuela.
Hay que reconocer que en este momento, eso de los paros le está ayudando al Centro Democrático, porque de continuar cerrando carretera vamos a tener las estanterías vacías como en cualquier Caracas.
Pobre gobierno, pobre país: paro porque bogas y paro porque no bogas.
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