Hasta hace pocos meses se sabía que los fundadores de las dos principales guerrillas del país llevaban por nombre Manuel: Marulanda Vélez, fundador de las FARC-EP y Manuel Vásquez Castaño del ELN. El primero ya fallecido y el segundo, un anciano escondido en Cuba tras haber desertado de la agrupación que él mismo creó. Aun así, si hoy se le pregunta por algún otro guerrillero que se llame “Manuel” a un colombiano promedio, de esos que se definen como uribistas, patrioteros y fieles al noticiero de RCN, seguramente que va a incluir en esa lista a Juan Manuel Santos, ni más ni menos que el Presidente de Colombia.
Tal afirmación se tomaría en broma si no fuese por la cantidad de colombianos que lo repiten y la seguridad con la que lo dicen, hablando convencidos de ser los iluminados que gracias a su oportuna información están salvando al país del “castrochavismo promovido por farcsantos el privatizador de ISAGEN”. Lo afirman sin ninguna prevención de ser ridiculizados, con la misma seguridad con la que propagan montajes de Anatas Mokus contra el proceso de paz, con el mismo convencimiento que utilizan para persuadir a los indecisos bajo las frases como “votar por el plebiscito de la paz es entregarle el país a la esclavitud del castrochavismo”.
Ante esa realidad, más allá de tomar en mofa, ridiculizar o reaccionar en forma soez, es bueno tomar en serio las afirmaciones de ese sector considerable de colombianos y analizarlas con detenimiento.
Los primero sería preguntarnos “Si el objetivo de un grupo guerrillero es derrocar al gobierno ¿Cuál sería el objetivo Santos ingresando a una agrupación subversiva, cuando él es el jefe de ese gobierno al que los insurgentes pretenden derrocar? ¿Será que pretende derrocarse a sí mismo? Son respuestas difíciles de responder, a menos que se trate de un presidente suicida. Más difícil aún sería responder a preguntas como ¿Por qué alguien con los recursos, la dinastía y los votos suficientes optaría por la vía armada para luchar por la toma del poder, si como ya lo demostró dos veces, pudo hacerlo con los votos?
En un país diferente a Colombia, nadie en su sano juicio se atrevería a insinuar que un presidente descendiente de tres ex presidentes (Eduardo Santos, Clímaco Calderón y Joaquín Camacho) perteneciente a lo que la guerrilla llama “La Oligarquia”, se enrolaría en un grupo cuyo fin declarado es precisamente “acabar con la oligarquía”. ¿Se querría acabar a sí mismo?
Pero ese mismo grupo significativo de compatriotas que pulula en redes sociales, foros y hasta en discusiones políticas de cantina, pregona los cuatro vientos que Juan Manuel es desde su adolescencia “un guerrillero disfrazado” y en su convencimiento de verdad hasta le tienen un alias: Santiago. De nada sirvió que el hijo de Enrique Santos Castillo en su juventud hubiera sido cadete de la Armada y que sus estudios los hubiese hecho en la cuna del Capitalismo, los Estados Unidos e Inglaterra, y que al volver al país haya sido el principal ideólogo de las reformas neoliberales de los años 90, ni que haya sido ministro de defensa del gobierno más derechista de la historia del país, ni que en su gobierno hayan continuado las privatizaciones y el fundamentalismo neoliberal, nada de eso convence a los simpatizantes del Centro Democrático para que no sigan vociferando a los cuatro vientos: “Santos guerrillero y comunista, privatizador de ISAGEN”.
@jalvarezcarrero