Colombia y Venezuela son países que a partir de su historia republicana han divido sus caminos en rutas muy distintas. Estas diferencias se arraigaron más a partir de la llegada de Chávez al poder, mientras que Colombia se ha mantenido alineada con ideales republicanos y todos sus dirigentes han sido de derecha o con ideas conservadoras.
Adentrando en los aspectos propios de la educación, el avance de las políticas bolivarianas del gobierno venezolano ha deteriorado la calidad de la misma. Desde 1999 las instituciones educativas oficiales se han enfocado en aumentar el número de estudiantes y graduados. Sin embargo, la calidad de la educación que reciben estos estudiantes ha ido en declive por el afán de graduar más estudiantes y así inflar las cifras. Incluso, son las mismas cifras quienes confirman esta caída en la calidad de la educación: se pasó de 794 patentes de innovación científica en 1998 a 98 patentes en 2008.
El gobierno de Venezuela hace que sus estudiantes desfilen con pañuelos rojos, recitando en conjunto “¡patria, socialismo o muerte!”. La estrategia del gobierno es enfocar el presupuesto en las nuevas universidades “bolivarianas” y asfixiar financieramente a las universidades tradicionales del país. Las nuevas universidades bolivarianas han bajado los índices de investigación a niveles casi nulos y es tan trascendental el problema, que solo existen 33 investigadores y ninguno tiene los niveles idóneos. Es decir, nivel 3 ó 4 y ya hay muchos nivel 1.
Los estándares académicos bajaron a tales niveles que cualquier ciudadano sin exigirse académicamente lo suficiente podía obtener su título universitario. Muchas de esas nuevas “universidades bolivarianas” no cumplían con ningún estándar internacional y ni siquiera debían llevar el nombre de universidad. En realidad esas instituciones son centros de trabajo, administrados por los trabajadores y orientado en un modelo de producción socialista.
Las escuelas privadas fueron cerrando, y es bien sabido que en América Latina las escuelas privadas son de mejor calidad. Las escuelas privadas temían un adoctrinamiento socialista. Pasó el tiempo con esta nueva política y fue así como el gobierno venezolano declaró que a partir del 2005 esta nación estaba libre de analfabetismo, pero fue la misma UNESCO quien desmintió esta primicia y afirmó que la tasa de analfabetismo se mantenía en un 5%.
En comparación con Venezuela, Colombia había incrementad sus patentes a 68, y en comparación con la mediocre cifra de su país vecino que apenas alcanzo a 2. El éxito de Colombia se debió al incremento de presupuesto de investigación en las universidades y otorgando becas para este fin. Sin que esto dejara de ser insuficiente y poco oportuno.
Los sindicatos de maestros en Colombia, fueron una piedra en el zapato para el gobierno, no propiamente por sus exigencias, sino más bien porque no se preocupaban por el bienestar estudiantil o por la educación. Los sindicatos representaban los intereses particulares de los maestros, que, en su gran mayoría, eran exclusivamente monetarios. Una vez posesionado Santos, una de las iniciativas más destacadas fue la de impartir a los estudiantes que terminaban sus estudios una formación técnica para que tuvieran lo elementos necesarios para poder desempeñarse laboralmente. Lo anterior teniendo en cuenta que la tasa de desempleo juvenil en Colombia es de las más altas de la región.
Con lo anterior, se puede evidenciar cómo el socialismo en Venezuela no solo fracasó en la economía. También ha cometido grandes errores en las políticas de educación nacional, formando profesionales mediocres, condenando así a la nación a años de mano de obra incapaz y poco eficiente. Como si esto fuera poco, los avances tecnológicos e investigativos de la nación sufrieron un fuerte retraso en comparación con el progreso alcanzado por la región.
@camilo2220