En tiempos de paz, y con la llegada de series, programas y películas colombianas que cuentan historias sobre reparación de víctimas, postconflicto y educación para la paz, un grupo de jóvenes de Cúcuta se atrevió a mostrar la otra cara de la moneda, la guerra urbana que se vive en una de las fronteras más conflictivas del mundo: la frontera colombo-venezolana.
Tras la deportación masiva de colombianos el año pasado, Cúcuta fue epicentro de los noticieros y medios de comunicación que documentaron las difíciles circunstancias que afronta esta zona de Colombia, azotada por la guerra, la pobreza y la ilegalidad.
Bandas criminales, microtráfico, contrabando de gasolina, reclutamiento de menores, sicariato, son algunas de las temáticas de la serie de ficción Frontera City y recuerda a la Colombia de los años 80 u 90, pero ahora desde un contexto fronterizo.
Juan Diego Aguirre, cineasta venezolano radicado en Colombia hace más de diez años, vive en tierras motilonas y junto a su productora Creaciones Aguirre, es el creador y director del proyecto, al que denomina como “épico”.
“Es la primera serie dramatizada que se hace en Cúcuta y el departamento. Siempre he tratado de mostrar las realidades de las ciudades a través de mis documentales y cortometrajes, pero ahora estoy mostrando otra situación, que las mismas personas hacen oídos sordos o que desconocen, y también el resto del país”, señala el joven de 24 años nacido en Caracas.
Frontera City cuenta la historia de un pimpinero que por robarse una mercancía de gasolina le asesinan su esposa. A raíz de este lamentable hecho, que es pan de cada día en la ciudad, como el contrabando de la gasolina, Daniel, el pimpinero, decide tomar justica por cuenta propia y se enfrenta a las bandas criminales que controlan el tráfico de drogas y de combustible en la frontera con Venezuela.
La serie web lleva hasta ahora 5 episodios emitidos gratuitamente por la plataforma de Youtube. Las escenas de acción, persecución y sufrimiento son el común denominador de esta producción audiovisual que causa polémica en la ciudad.
Tanto así, que en una ocasión la policía desplegó un operativo en Cúcuta informando en todos los CAI sobre una “persona sospechosa que perseguía a otra con un arma”. Ese hecho ocurrió en el barrio La Cabrera, donde se rodaba una persecución. Juan Diego no le informó a las autoridades y causó pánico en la comunidad. Luego de ello los integrantes de producción y los actores fueron conducidos a las instalaciones de la SIJIN, pero por las investigaciones se dieron cuenta que era parte de un dramatizado.
“Llegamos de una a grabar porque ya conocía el sector y pensé que no iba a ver problemas, se suponía que no nos demoraríamos, pero fui ingenuo. Ahora ya tomamos medidas y gracias a ello las autoridades ya nos conocen en la ciudad”, señala el creador de la serie.
En las redes sociales no se han hecho esperar las críticas. Algunos usuarios aseguran que se está “vendiendo una imagen errada de la ciudad”, o como una persona escribió textualmente: “Así es como este productor nos quiere hacer ver en el mundo, como la frontera más caliente. Es verdad que existe violencia en la ciudad, pero no es lo que los ciudadanos vemos a diario”. Otros usuarios y perfiles falsos han llegado a amenazar a la producción de denunciarlos a la procuraduría.
Juan Diego dice que “hay cientos de comentarios positivos, la serie ha tenido éxito, a la gente le gusta, se identifican con los personajes”, pero “como toda producción audiovisual, no todos están conformes y tratamos de tener en cuenta esas críticas para mejorar. Aunque yo investigué por muchos años; la gente se sorprende, pero esto es real, no es paja mía, lo que se recrea en Frontera City sucede en Cúcuta”.
Frontera City narra historias que se mezclan con la realidad, como asegura su creador, algunos de sus integrantes han vivido las circunstancias que se plasman allí y además de eso, Juan Diego desarrolla de la mano con la Fundación el Camino y su director Martín Manzano, una labor social con los drogodependientes, ya que por medio del arte y participando en la serie y sus grabaciones, se resocializan.
“En el tercer episodio aparecen y creo que es una forma de resocializar, por medio del arte”.
El equipo de rodaje son cuatro o cinco personas. Algunos preparados en formación actoral, y otros por querer cumplir su sueño de ser actor. Los gastos los costea Juan Diego de sus ahorros y con la colaboración de los integrantes del equipo, los actores y su familia sacan adelante cada episodio.
Una frontera armada, calles de limites invisibles, cerros tomados por bandas criminales, una cultura ilegal y un acento típico de la región, hacen que esta serie sea provocadora, tentadora y emocionante, cinematográficamente, pero al mismo tiempo que sea una reflexión para los gobernantes, los medios de comunicación y el futuro que deparará a nuestra ciudad Cúcuta.