¿Se imaginan un gran pacto entre varios países para compartir información sin espiarse entre sí? Pues ese gran pacto es real. Se trata del Club de los Cinco Ojos, en donde cinco países anglosajones, cinco ojos, quieren controlar el mundo. En este club se encuentran las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda.
Una amistad especial, según la definen, que nace en 1946, con el Acuerdo Británico Estadounidense de Comunicación de Inteligencia (UKUSA). La idea fundamental era colaborar estrechamente en la recopilación de información, compartirla y, por supuesto, no espiarse mutuamente. Los otros tres países se fueron uniendo a este pacto para repartirse las actividades de espionaje por el mundo. Estados Unidos mantiene sus objetivos estratégicos como China y Rusia, Canadá se ocupa de algunas zonas del norte del Atlántico y del Pacifico, el Reino Unido de Europa y Rusia Occidental, Australia del Sudeste Asiático y Nueva Zelanda se queda con el Pacifico Sur.
Pero en este club no todo es armonía, pues existen dos ejemplos de desconfianza: Australia ni siquiera sabía de la existencia del Club de los Cinco Ojos, cuando en 1973, se unió a este tratado. En 2008 la cadena ABC publicó que Estados Unidos espió en 2006 al entonces primer ministro británico Tony Blair.
En la actualidad se especula que Alemania y Francia se habrían interesado en entrar en el club, pero la pregunta que surge es, ¿si lo harían teniendo en cuenta las presuntas escuchas a sus líderes políticos?
Un documento filtrado por el exanalista de la NSA Edward Snowden revela que la colaboración en el club alcanza a información compartida por otros países fuera del club, conocidos como "terceros".
Así, un acuerdo entre la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) e Israel publicado por el diario The Guardian señala que el país hebreo "reconoce el acuerdo de la NSA con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Reino Unido que requiere proteger la información relacionada con individuos de esos países usando procedimientos de salvaguarda similares a los empleados para estadounidenses".
De alguna manera, el propio caso de Edward Snowden muestra lo estrecha que es la alianza. Es estadounidense, pero tuvo acceso a miles de documentos de la inteligencia británica. Y por tanto, el GCHQ, (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno Británico, por sus siglas en inglés), de una extraña manera, fue víctima de la intimidad en el club.
Desnaturalizando de alguna forma al "Club de los cinco ojos" que nació a partir de la estrechísima colaboración en materia de espionaje que mantuvieron Estados Unidos y Reino Unido durante la II Guerra Mundial, en particular por el trabajo en el británico Bletchley Park para descifrar los códigos alemanes y japoneses.
Para los descifradores, colaborar ayudaba a superar algunos desafíos técnicos y a hacer posible la intercepción de comunicaciones por todo el mundo.
“El motivo para mantener a las cinco naciones por encima del resto del mundo es tener una ventaja en lo económico realizando espionaje industrial, saber cuáles son las realidades económicas de un país. El deseo es un dominio de la información", opina el analista político Dr. Lajos Szaszdi.
Así, ante las constantes revelaciones que siguen emergiendo al respecto, parece que, si la amistad se debe a los intereses, es muy probable que sea poco duradera. Aunque la alianza de estos cinco países no se fundamenta en un voto de confianza, sino en un objetivo común: la supremacía.