Este evento celeste ocurre con muy poca frecuencia. Pasarán un poco más de tres años, para que vuelva a suceder. Por eso seremos testigos únicos de un bello espectáculo astronómico que nos brinda la naturaleza, pero que NO podrá ser observado a simple vista. El Planetario de Bogotá dispondrá varios telescopios dotados con un filtro solar especial para que pueda ser apreciada esta “pequeña” sombra, que irreverente y altiva, se pasea por delante del Astro Rey. El evento será el 9 de mayo, pasadas las 6:10 a. m., y tendrá una duración de 7 horas y 30 minutos, tiempo en el cual el planeta Mercurio, completará su danza frente al Sol.
Es importante señalar que la mayoría de los elementos que muchas veces se utilizan, no son los adecuados para ver este fenómeno. NO se pueden utilizar las radiografías de aquel hueso partido, ni las gafas que utilizamos para ir a cine en 3D, ni tampoco creer que si lo vemos a través de un espejo, o por el reflejo del agua, estaremos engañando al ojo. Incluso esto puede ser más nocivo. La creatividad puede causar daños irreversibles en la retina, no se exponga. Si quiere ser protagonista de este evento, participe en las actividades programadas por el planetario de Bogotá, el 7 y 8 de mayo y construya su propio filtro solar, con materiales especializados y la instrucción de expertos en estos temas.
La madre naturaleza también celebra este fin de semana
El Planetario de Bogotá los invita a unirse a la programación de actividades especializadas en torno a este evento que se llevarán acabo los días 7, 8 y 9 de mayo. Disfrute en familia el “tránsito”, el pasaje de un astro frente a otro, en este caso Mercurio por el Sol.
El anterior tránsito de Mercurio se presentó en 2006 y los siguientes serán el 11 de noviembre de 2019 y el 13 de noviembre de 2032. Vistos desde la Tierra, los tránsitos por el Sol únicamente los pueden efectuar Mercurio y Venus, por ser los dos únicos planetas en órbitas interiores. Hay entre 13 y 14 tránsitos de Mercurio por siglo, mientras que los de Venus son apenas dos en más de una centuria.
Los tránsitos de Mercurio y Venus fueron estudiados desde el siglo XVII por científicos como Pierre Gassendi, Jeremiah Horrocks, Edmond Halley y Mikhail Lomonosov, y fueron importantes para determinar el tamaño real de los planetas, la distancia precisa de los planetas y del Sol, y permitieron descubrir la atmósfera de Venus.
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