Las cosas que hace el ELN no tienen presentación. Claro que a decir verdad nunca han hecho una buena. Ahora a los hombres de Gabino les dio por canjear secuestrados. Se trata de los hermanos chocoanos Patrocinio y Odín Sánchez Montes de Oca.
El primero, exgobernador de su departamento, fue secuestrado en agosto de 2013 con fines extorsivos. La retención para Patrocinio Sánchez fue un verdadero calvario. Enfermó de cálculos biliares, aunque cualquier enfermero del ELN le diagnosticó hepatitis. Durante mucho tiempo le suministraron medicamentos para una enfermedad que no tenía. No se les murió a los ‘elenos’ de milagro. Él ha dicho que durante los más de dos años que duró el secuestro hizo de su radio un compañero inseparable y que empleaba el tiempo para escribir de lo divino y lo humano.
Finalmente, hace un mes, Odín Sánchez, excongresista, en una dramática iniciativa, se canjeó por su hermano Patrocinio. Odín tiene 60 años y Patrocinio 53. Es decir, en breve el ELN va a someter a Odín a toda clase de escarnios, toda vez que ya es un hombre mayor y muy seguramente las inclemencias de la selva le harán enfermar.
Pero al ELN poco o nada le importa esa situación. Sus guerrilleros no tienen caridad con nadie. A ellos solo les interesa el dinero y el proceso de paz que el Gobierno Nacional les ofreció a cambio de nada. Son iguales a los de las Farc: soberbios e inhumanos.
Para muestra un botón: en reciente entrevista que Gabino concedió a un periódico vasco advirtió que la liberación de los secuestrados no será condición para iniciar el proceso de negociación en Ecuador. El Gobierno colombiano ha dicho lo contrario, pero el ELN no afloja en nada. Para el grupo guerrillero, del que hiciera parte el cura Camilo Torres, tiempo es lo que le sobra. Total —pensarán ellos—llevan medio siglo haciendo de las suyas, y qué más da esperar unos años más para supuestamente sellar la paz.
Que no le quepa duda a nadie:
el proceso de paz con el ELN será una alcahuetería
igual al de las Farc
Que no le quepa duda a nadie: el proceso de paz con el ELN será una alcahuetería igual al de las Farc. En 2012 se nos dijo que la negociación con las Farc sería de meses. En parte eso es cierto: llevan 48 meses o más negociando. Y los meses que faltan.
Antes de agosto de 2010, el ELN era una guerrilla arrinconada que poco miedo metía. Sus jefes, los del Comando Central o “coce”, como algunos le llaman cariñosamente, tuvieron que irse para Venezuela ante el temor de ser capturados o abatidos en Colombia. En los últimos años, como por arte de magia, el ELN se fortaleció. Y eso que según cifras oficiales en sus filas escasamente tiene a unos 1 500 acólitos, o menos.
El cambiazo de los hermanos Sánchez Montes de Oca ha sido el más sonado en los últimos años en Colombia por lo que ellos han representado en la política de su departamento. Pero ojo que no es un método nuevo.
Tanto el ELN como las Farc, en años pasados, utilizaron el cambio de secuestrados de modo que quien quedaba libre pudiera ir a llevarles luego el dinero que exigían para soltar también a su familiar. Muchas veces los guerrilleros no cumplieron y el secuestrado canjeado se quedaba con ellos. O se les enfermaba. O se les moría.
Lo mejor que puede hacer el Gobierno —lo único que tiene para hacer— es parársele en la raya al ELN y exigir la liberación de todos los secuestrados so pena de romper definitivamente el proceso de paz que nos montaron desde el Palacio de Miraflores, en Caracas.
Pero me temo que eso no ocurrirá. Lo impide el apetito enorme de firmar la paz a cualquier precio. No importa lo que haya que ceder. No importa si las Farc y el ELN se quedan con el país. No importa si no pagan un día de cárcel. No importa si a los colombianos nos toca ver desde La Habana al Paisa gozando de impunidad total pese a que, por ejemplo, fue el autor intelectual de la voladura en febrero de 2003 del Club El Nogal con saldo de 36 muertos
P. D. 1: Fino el ciclista Nairo Quintana, el mejor deportista colombiano de todos los tiempos. Sus recientes victorias en la Vuelta a Cataluña y en el Tour de Romandía lo elevan a la categoría de gran favorito para alzarse con el Tour de Francia que ya en dos oportunidades se le ha escapado. ¡Este año sí!
P. D. 2: Imagínense, señores, una bebé de dos años y medio a las 11:30 de la noche, patrullando las calles de Bogotá, en un día de semana, jugando con los papeles que se encuentra entre la basura. Aquí les dejo esta imagen, la semana pasada en la 94 con 14, en Bogotá. ¡Qué burócratas bellacos tenemos al frente del cuidado de nuestros niños, y qué calaña somos los colombianos al permitir esto!
