No tenía intención de escribir en este tiempo por diversos factores. Pero la obtusa participación en la Comisión Quinta de la Cámara de representantes, del presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, la empresa más grande de Colombia, me ofreció la oportunidad de romper este ayuno. Me acordé de la célebre frase “Lo que natura no da, Salamanca no lo ofrece” e inicié la elucubración a partir del tremendo exabrupto de este “doctor “en economía, egresado de una prestigiosa universidad del país y con una maestría de una universidad extranjera.
Vivimos en Macondo y por mucho que intentemos deshacernos de ese karma, el grueso número de compatriotas no va a entender el porqué de todo esto y tampoco --hasta que la educación no surta efecto en ellos-- se podrá cristalizar una sociedad respetuosa de las diferencias. Sin embargo, creo que las demostraciones ofrecidas cotidianamente por estos gobiernos deben servir para despertar del letargo en que vivimos.
En Colombia, unos políticos corruptos que sin castigo se roban los dineros de la alimentación de los niños, venden los activos más productivos del país, lesionan los intereses de sus gobernados sin un ápice de remordimiento y siguen tan campante como si nada. Un alcalde con título de maestría que nunca realizó ni consiguió finalizar --que se ufana de no sé qué logros, pero comete las incongruencias más grandes violando el tercer principio de la racionalidad kantiana-- se pasea como el único que puede resolver todos los problemas urbanos y ambientales de la capital; una ministra de educación que no sabe sacar un promedio, pero que habla de calidad, desconociendo los problemas más apremiantes de la educación, mirándolos desde una sola óptica; el presidente de la compañía petrolera Ecopetrol, que no sabe argumentar sin zaherir a su oponente intelectual, además de ser prepotente y falaz, pidiendo que le busquen alguien del su mismo talante intelectual . En fin, el país de la felicidad y la alegría, de ¡Usted no sabe quién soy yo!, donde la academia, queda demostrado una vez más, es descalificada por esta caterva de soberbios que le hacen daño al desarrollo del país.
Colombia, según el señor Presidente, es uno de los países que desea alcanzar, en algunos años, unos altos niveles educativos en el contexto americano. Hay unas políticas gubernamentales, que se convertirán más tarde en políticas de Estado, aparentemente loables, que tienen el respaldo de muchos sin analizarse el trasfondo de ellas. Aquí, las cosas se toman muy a la ligera y luego, con el pasar de los días, sin seguimiento y evaluación, se dejan a un lado para iniciar otras sin haberse alcanzado el objetivo. A la gran mayoría se les olvida todo, como si la amnesia fuera una enfermedad endémica.
En sí, el olvido de muchos ha sido la piedra angular para que los sempiternos gamonales y gobernantes sigan desangrando al país. Costumbre arraigada desde los inicios de la República en las altas esferas gubernamentales que han acrecentado la inequidad e injusticias, así como el ensanchamiento de la brecha entre pobres y ricos. También ha servido para que personajes, con ínfulas de sabihondos crean que tienen la panacea para resolver todos los problemas sin analizar la verdadera realidad como es el caso de este “intelectual de pacotilla”.
En mi humilde opinión, recomiendo leer los planteamientos de Manfred Max Neef, ” Economía descalza” para que pueda dimensionar que de nada vale la economía de un país si está por encima de las gentes y el medio ambiente. Y si lo ha leído, por ser economista, que ahonde en él para que logre percibir que el petróleo no servirá de nada si la humanidad no conserva su medio ambiente.
Con lo anterior me pregunto: ¿Colombia podrá alcanzar el acceso a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) importándole un reverendo comino sus gentes y su medio ambiente? ¿Podrá demostrar Colombia, a este organismo internacional, que investiga y ama a su academia cuando un alto dirigente desconfía de los argumentos de un académico, negándoselos, a la vez de descalificarlo por ser su refutador un profesor universitario? ¿Entonces para qué la Universidad cuando un “Carajo “de estos, con ínfulas de intelectual, pide que lo pongan a discutir con iguales sobre un tema que no es de su campo disciplinar? ¿Será que sabe más de petróleo, su explotación y consecuencias, que aquel ingeniero de petróleo, cuyo campo de saber son los hidrocarburos? ¿Entonces, para qué la investigación en la Universidad en temas socio-ambientales?
Este señor pedía discutir con iguales sobre explotación de hidrocarburos y sus incidencias en el medioambiente. Son las paradojas de este noble país. ¿Será el petróleo más importante que el agua para la sobrevivencia de las especies. ¿Será una alienígena que desea invadirnos disfrazada de humano que propende por la desaparición del agua y las especies que se encuentran en esta reserva forestal?
Por último, haciendo un ejercicio hermenéutico, me doy cuenta que el señor Echeverry tiene la razón. Él pedía que lo pusieran a discutir con personas del mismo nivel de él, porque no tenía argumentos técnicos ni científicos para refutar el profesor Óscar Vanegas. Quería discutir con profesionales corruptos y sin tanta trascendencia intelectual para no sentirse empequeñecido. Pobre hombre.