En la escasez de agua de La Guajira, un departamento donde desde hace tres años no cae una gota de lluvia, el arroyo Bruno, un afluente del rio Rancheria, es una joya que obligaba a su protección. Así se había entendido y de allí que desde el 23 de febrero de 2012, Corpoguajira en cabeza de Luis Medina, firmó el acuerdo 003, el 23 de febrero que establecía una veda de cuatro especies forestales amenazadas: Guayacan, Puy, Corazón Fino y Olita de mono, árboles que a su vez tenían la función de proteger el valioso acuífero.
Debajo del arroyo Bruno hay una veta de carbón que se calcula tiene un potencial de extracción de 40 millones de toneladas sobre la cual Cerrejón tiene puesta todo su interés, razón por la cual solicitó y obtuvo una licencia desde 1998. En el 2014 presentaron la ingeniería de detalles de la desviación del arroyo Bruno unos 700 metros de su cauce natural.
Pudieron hacerlo por cuenta de una cuestionada decisión del director de Corpoguajira, Luis Medina, quien en junio de 2013, levanto la veda forestal que protegía el acuerdo. Lo hizo en respuesta a una solicitud del propio Cerromatoso, en cabeza de la Martha Peñaloza Zarate.
Medina, el mismo funcionario que había firmado la protección un año antes, procedió sin que mediara ningún estudio ambiental. Según sus propias palabras en una entrevista a El Espectador, solicitó los estudios a las universidades Nacional, Externado y de La Guajira, pero terminó contratándolo localmente en La Guajira, porque según él, las Universidades no presentaron propuestas.
La amenaza tiene en alerta a la comunidad Wayuú quienes no fueron consultados, según lo exige la ley, para la decisión directiva de Medina. La sequía que azota el departamento vuelve más preocupante la destrucción de las pocas fuentes acuíferas con las que cuentan.
El Comité Cívico por la dignidad de La Guajira, conformado por unas 20 organizaciones sociales de la región, está invitando a todos los guajiros para que este jueves a las siete de la noche se unan a la twiteraton para rechazar la desviación al arroyo Bruno que fue aprobado recientemente por la Anla y Corpoguajira a Cerrejón.
Con el hastag #RevoquenLicenciaDelBruno esperan llamar la atención de Colombia y el mundo para evitar que se lleve a cabo esta obra, con la que la carbonífera espera mantener su producción de carbón y que ha sido calificada como un atentado a la naturaleza y a la comunidad wayuu.
Luis Medina repitió en el cargo como director de Corpoguajira el pasado noviembre, a pesar de haberse presentado 19 candidatos. Medina cuenta con el apoyo del presidente de la Cámara Alfredo Deluque, quien se ha vuelto el hombre fuerte de la coalición de gobierno en su departamento. Corpoguajira, la autoridad ambiental en una región amenazada de sequía, donde desde hace 3 años no cae una gota de lluvia, ha estado bajo control político de la familia Deluque. El padre del Representante a la Cámara salió de allí a la gobernación de La Guajira, cargo al que fue elegido en 2000- 2003, pero del que fue destituido por irregularidades en su elección.
Alfredo De Luque protege sus cuotas entre las que está Luis Medina, un hombre clave para el futuro ambiental de su región, quien podría ponerle frente a los planes expansionistas de Cerrejón, presidida por el colombiano Roberto Junguito jr.
El Cerrejón, la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo, utiliza 17.000 millones de litros de agua para garantizar sus operaciones diarias de explotación. La respuesta por parte de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) de Colombia, es dar vía libre, con la bendición de Corpoguajira, a ésta compañía minera propiedad de Glencore (Suiza), BHP Billiton (Reino Unido) y AngloAmerican (Australia), para desviar el Arroyo Bruno, uno de los afluentes más importantes del Río Ranchería e incrementar el riesgo de que la gente agonice de sed.