La Guajira es un extenso territorio desértico localizado al noreste de Colombia en Sur América. El territorio ha sido ancestralmente ocupado por los indígenas Wayuu, una etnia históricamente marginada por el Estado pero que ha sobrevivido con tesón y valentía en medio de las condiciones más adversas que puedan pensarse.
La tragedia de la colonización española hacia los pueblos indígenas americanos, se vio agravada para la etnia wayuu por la riqueza carbonífera de su territorio.
Hace una década la multinacional Drummond estableció su mayor mina a cielo abierto de carbón en territorio Wayuu. Para perfeccionar el saqueo, la multinacional minera y un puñado de terratenientes del sur del departamento represaron las aguas del Ranchería para su beneficio exclusivo.
Y en medio del saqueo de su principal recurso hídrico, la Guajira soporta la mayor sequía de su historia reciente. A causa del calentamiento global y del fenómeno del Niño, en La Guajira no llueve hace 5 años, los pozos freáticos están menguados y solo se dispone de una poca cantidad de agua salobre para el consumo humano.
Las cuantiosas ganancias que llegan a Colombia por concepto de regalías del carbón han quedado históricamente en manos de unos pocos gobernantes corruptos.
Mientras tanto, el pueblo Wayuu continúa enfrentando la sobrevivencia en condiciones dramáticas.
Símbolo y ejemplo de las condiciones de abandono de los indígenas de la Guajira colombiana es el caso de José Danilo (Juaco), un joven del Clan Epiayú.
No se sabe con certeza hace cuantos años nació Danilo: 14, 16, 20? Su parto fue traumático y como consecuencia de una hipoxia neonatal padece un retraso mental severo. Por ese motivo, Danilo fue marginado de su comunidad y lleva toda su existencia aislado, sub-alimentado, ignorado, borrado.
Su alimentación son las sobras de sus 7 hermanos, todos ellos mal nutridos y pobremente vestidos pero en mejores condiciones que Danilo.
Lo encontramos recostado contra el árbol que es su hogar, refugio y única compañía hace supuestamente 20 años. Pesa 15 kilos y de acuerdo a su última evaluación médica de hace un año, tiene una hemoglobina de 8 gr/dl (lo normal para un adulto es de 16 gr/dl). No se comunica verbalmente y se muestra temeroso del acercamiento humano, de los seres humanos solo ha recibido insultos, castigos físicos, marginación y olvido.
Hemos realizado llamados a todas las entidades del estado que podrían actuar para restituir sus derechos vulnerados: Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Gobernación de la Guajira, Presidencia de la República, pero las respuestas siempre han sido dilatorias y evasivas.
Uno de los principales problemas de Danilo son sus padres: se niegan a permitir que sea hospitalizado o institucionalizado pues para ellos, Danilo es fruto de beneficios secundarios. La imagen de Danilo despierta asombro, rabia, tristeza, y origina intentos repetidos de asistencia: alimentos, agua, ropa y protagonismo que siempre quedan en manos de sus hermanos y padres.
Para permitir su hospitalización temporal, la Gobernadora de la Guajira se comprometió con enviar alimentos, agua, leche y ropa a toda la familia mientras durara la hospitalización. La mandataria regional no cumplió su promesa y los padres siempre quieren más y más a cambio de permitir su salida de la Ranchería. Una comisión de salud lo ha visitado un par de veces desde que denunciamos su situación, afirman haberlo encontrado desnutrido y deshidratado severamente.
La alternativa para aliviar la vulneración de los derechos fundamentales de Danilo es declarar su interdicción jurídica por discapacidad mental y el retiro de la patria potestad a sus padres para poder trasladarlo a una institución a Medellín donde pueda ser puesto en adopción o continúe institucionalizado para el cuidado integral nutricional, psicológico, físico y emocional.
Resultado de la muestra aleatoria para evaluación nutricional en l@s niñ@s de 0 a 5 años que realizamos en la Guajira entre el 18 y el 28 de Marzo de 2016.
A los niños menores de 5 años evaluados se les anotaron edad, peso, talla y perímetro cefálico. Se cruzaron estas variables de acuerdo a tablas de la Organización Mundial de la Salud y UNICEF.
Hay 3 tipos de desnutrición:
1. Desnutrición aguda: Deficiencia de peso para altura (P/A). Delgadez extrema. Resulta de una pérdida de peso asociada con periodos recientes de hambruna o enfermedad que se desarrolla muy rápidamente y es limitada en el tiempo.
Encontramos Desnutrición aguda en el 11% y Alto riesgo de padecerla en el 20% de los niños evaluados.
2. Desnutrición crónica: Retardo de altura para la edad (A/E). Asociada normalmente a situaciones de pobreza, exclusión social y abandono estatal, con consecuencias graves para el aprendizaje y el desempeño económico.
Encontramos Desnutrición crónica en el 77% y alto riesgo de sufrirla en el 11% de los niños evaluados.
3. Desnutrición global: Deficiencia de peso para la edad. Insuficiencia ponderal. Índice compuesto de los anteriores (P/A x A/E = P/E) que se usa para dar seguimiento a los Objetivos del Milenio.
Encontramos desnutrición global en el 36% y alto riesgo de Desnutrición global en el 42% de los niños evaluados.
El riesgo en el desarrollo neurológico, que aparece al estudiar la variable Perímetro Cefálico para la edad, nos revela que el 20% de los niños menores de 5 años de la Guajira, es decir, 1 de cada 5 de nuestros niñ@s en la Guajira Colombiana, está en riesgo en su desarrollo neurológico por factores nutricionales resultado del abandono estatal, la exclusión social, la megaminería y la corrupción política.
Exigimos la restauración de la totalidad los derechos vulnerados a Jose Danilo Epiayú, joven discapacitado de la ranchería Ahuyama. Para ello, son necesarias las siguientes medidas urgentes: declaración de interdicción jurídica por discapacidad mental, retiro de la patria potestad a sus padres y el traslado y reclusión inmediata en una institución donde reciba adecuada nutrición y manejo integral por parte de un equipo de médicos, psicólogos, internistas, fisiatras y enfermeras.
Exigimos la restitución de los derechos vulnerados a todos los niños de la Guajira colombiana, afectados por desnutrición aguda y crónica y alto riesgo neurológico como resultado del abandono estatal, la exclusión social, la megaminería y la corrupción política.