A este país se lo llevó el que sabemos desde que la iglesia se separó del estado. Monseñor Builes si sabía como era la cosa: los ateos liberales iban a venir a imponernos al diablo en él. Heredero de esas buenas costumbres es Alejandro Ordoñez, el candidato que los colombianos de bien necesitamos. Él es tan consecuente, tan bueno, que cada vez que tiene malos pensamientos se arrodilla en el atril que tiene en la casa y frente a la imagen de Jesús Crucificado empieza a azotarse con su látigo de seis puntas. El gran periodista Ernesto Yamhure a veces lo acompaña en sus flagelaciones.
No podemos permitir que los campesinos, aprovechando el auge del castrochavismo que trajo el traidor del Santos, recuperen las tierras que perdieron por su apoyo agazapado a la guerrilla, al comunismo que es el mal de esta tierra. Miren a la pobre Cuba, desangrada por el envalentonamiento de un argentino miserable y de los Castros los corruptos. Con el cuentico ese del pueblo para aquí y el pueblo para allá echaron de la isla a los cubanos de bien y a los gringos que llevan el progreso a donde quieran. Ni hablar de Venezuela y su afán redentor de darle tierra al que no tiene y estudio al ignorante. A los pobres no hay que malacostumbrarnos regalándonos cosa, todo en esta vida cuesta, lo dice la biblia, lo dice desde el cielo el señor.
Necesitamos de su mano dura Procurador para que se detengan los abortos, los matrimonios gays y otras aberraciones. No podemos permitir que delante de nuestros hijos estos degenerados se besen en plena calle, se agarren la mano y hasta ocupan cargos público como la lesbiana esa de la Claudia López, que vergüenza, que infamia. Estoy seguro que Ordoñez va a implementar una policía de la moral para reprimir a los homosexuales y también a los drogadictos.
Que pesar pero al menos Bogotá entera ya huele a maracachafa, a la mata que mata. Ahora nos venden la marihuana como si fuera un remedio bonito que cura la ceguera y la otitis. Que pesar que nos hayamos degenerado tanto. He visto con mis propios ojos como la marihuana a destruido familias enteras y matrimonios. Esto prolifera cada vez más en las universidades porque el exceso de pensamiento produce este tipo de desviaciones. Procurador, regula por favor la educación en Colombia, te lo pedimos de rodillas los millones de colombianos que votaremos por ti. Queremos otra vez jóvenes productivos que quieran tener hijos y que vuelvan a sentir el temor de Dios.
Por una Colombia sin gays, sin comunistas, sin ateos, sin drogadictos ni degenerados, necesitamos la ira santa de Alejandro Ordoñez. Tu consecuencia, Procurador, desde que quemabas libros obscenos y perturbadores en Bucaramanga, es la garantía que tenemos tus fieles para darte la responsabilidad de volver a poner a este país en los caminos de Dios.