La gran mayoría de equipos del fútbol profesional colombiano tienen una barra brava. Generalmente la mayor cantidad de actos violentos tienen como protagonistas a las barras de los equipos de ciudades como Bogotá, Medellín y Cali. Sin embargo, es llamativo el caso de Los Del Sur, la barra brava de Nacional, no solo por su largo accionar violento en diferentes estadios del país, sino por la falta de castigo a los desmanes que provoca. En muchas ocasiones los incidentes violentos provocados por la barra de Nacional no son sancionados o reciben sanciones inferiores a las impuestas a otras barras.
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Hay muchos ejemplos que ponen en evidencia este tipo de situaciones. El 3 de marzo de 2013, antes de iniciar el encuentro entre Quindío y Nacional en el estadio Centenario de Armenia, se desató un fuerte enfrentamiento en la tribuna oriental entre dos facciones rivales de la hinchada de Nacional. En medio del enfrentamiento, los hinchas del equipo verde de Antioquia invadieron la cancha, lo cual es considerado una de las mayores faltas no solo en el fútbol local sino a nivel internacional. La sanción que impuso la Dimayor a Nacional, mediante resolución 008 de 2013, fue de tan solo dos fechas sin público local. Poco tiempo después y para sorpresa de pocos, la Dimayor rebajó la sanción económica a Nacional y dispuso que no serían dos fechas sin público local sino apenas una (resolución 009 de 2013).
En la final de la Copa Águila del 2013, disputada en Medellín entre Nacional y Millonarios, Los Del Sur dieron cátedra de violencia. El bus que transportaba al plantel de Millonarios fue atacado con balines en las inmediaciones del estadio Atanasio Girardot y al terminar el encuentro, el equipo tuvo que salir del estadio en una tanqueta de la Policía. A los hinchas del club bogotano no les fue mejor aquella tarde. En un hecho sin precedentes, Los Del Sur coordinaron agresiones a los hinchas de Millonarios antes y durante el partido. A las afueras del estadio, grupos de hinchas verdes se dieron a la caza de hinchas de Millonarios que se acercaron al estadio sin portar distintivos de su equipo. En los filtros y molinetes de entrada, miembros de la barra de Nacional agredieron físicamente, incluso con armas blancas, a los asistentes sin camiseta de Nacional, con cédula expedida en Bogotá y/o sospechosos de ser simpatizantes del equipo azul. Dentro del estadio, muchos hinchas azules fueron agredidos y expulsados de las tribunas oriental y occidental. Ante la gravedad de estos hechos la Dimayor guardo silencio. En contraste, en marzo de este año, antes del partido disputado en Bogotá entre Millonarios y Nacional, hinchas de Millonarios expulsaron a personas que no portaban la camiseta de Millonarios y que ha entender de los hinchas azules eran sospechosos de ser hinchas verdes. En este caso, no solo la Dimayor se pronunció con prontitud, sino que los medios de comunicación dieron un amplio cubrimiento a los hechos. Mediante resolución 11 de 2016 la Dimayor impuso a Millonarios una sanción de cuatro partidos de local sin público en las tribunas laterales (esta sanción incluye también desmanes en la ciudad de Manizales).
Otro de los más recientes actos violentos de la barra verde tuvo lugar en marzo de este año durante el clásico paisa contra Independiente Medellín. En la tribuna oriental, integrantes de la barra brava verdolaga se enfrentaron a los hinchas rojos y robaron algunas de sus banderas. Como suele suceder en estos casos, la Dimayor miró para otro lado ante este acto provocador y violento de la barra verde. Estos son apenas tres ejemplos del accionar violento y muchas veces impune de la barra brava de Nacional. Otros ejemplos incluyen lamentablemente la muerte de seguidores de equipos rivales. Para entender el poder que hoy en día tienen Los Del Sur, es necesario tener en cuenta el peso que Nacional tiene al interior de la Dimayor y el periodismo. Nacional es tal vez el equipo con mayor musculo financiero de Colombia puesto que hace parte de la Organización Ardila Lulle (OAL), uno de los grupos económicos más poderosos del país. A esta organización pertenecen los canales RCN y Win Sports --que tienen los derechos de transmisión de los partidos-- y la empresa Postobón que patrocinó durante 2010 y 2014 al fútbol profesional. Esto quiere decir que entre 2010 y 2014 la OAL tuvo un equipo propio (Nacional), que participaba en un torneo patrocinado por una de sus empresas (Postobón) y cuyos partidos eran transmitidos por sus canales de televisión (RCN y WIN Sports). El conflicto de intereses era impresentable y sin antecedentes conocidos en otras ligas de fútbol del mundo. Para multiplicar la suspicacia, durante el patrocinio de Postobón, Nacional ganó cinco campeonatos, cuyas finales fueron pitadas por el mismo árbitro, Ímer Machado.
Hoy en día Postobón ya no es el patrocinador del torneo local. Sin embargo, RCN y Win Sports siguen teniendo los derechos de trasmisión de los partidos, mientras que Nacional, como miembro de la OAL, sigue teniendo una posición de privilegio. El poder de Nacional ha sido influyente en diferentes niveles, desde sanciones disciplinarias a los jugadores y designaciones arbitrales, hasta castigos económicos y de cierre de tribunas debido al comportamiento de sus hinchas. Las sanciones a Los Del Sur muchas veces son laxas o nulas debido, al menos en parte, a la estrecha relación de Nacional con la Dimayor y el periodismo de radio y televisión. Si se quiere erradicar la violencia de los estadios colombianos, es importante impartir castigos a las barras bravas de forma justa y equitativa. La subjetividad de las diferentes autoridades relacionadas con el fútbol (Dimayor, alcaldías, Policía) a la hora de imponer sanciones le resta credibilidad a los procesos de construcción de paz en torno a este deporte. Es también importante hacer un llamado a los medios de comunicación para que hagan un cubrimiento imparcial e informado acerca de los actos violentos protagonizados por las hinchadas.