Enrique Peñalosa anunció como candidato y lo reafirmó como alcalde: el metro elevado era más barato que el subterráneo. Pero por las declaraciones y anuncios recientes de la Administración Distrital, nos vamos dando cuenta que el argumento de los precios no es la verdadera intención que mueve al alcalde. Por eso nos preguntamos por el costo real de los propósitos que lo llevaron a proponer el metro elevado, que cada vez se van descubriendo y que presagian graves consecuencias para el desarrollo de la ciudad.
Primero debemos precisar sobre el cambio de decisión de por dónde debe ir el metro --túnel o en viaducto-- pese a que es trascendental por las implicaciones técnicas que conlleva. El alcalde Peñalosa lo ha mostrado como intrascendente y ha dejado la impresión en la ciudadanía desinformada de que él tiene los análisis correspondientes y, por consiguiente, sabe cuál es el precio. Pero en declaraciones recientes, el gerente del metro, Andrés Escobar, reconoce que todavía no se han hecho los estudios para el metro elevado y que tampoco se sabe cuánto podría costar.
Y en otra entrevista anterior, a la pregunta del periodista de si se debe hacer el metro elevado –supone que es más barato- el gerente responde con incoherencia: “No es que sea más barato, sino que sí es viable.” Y da como razón de la inviabilidad del subterráneo la devaluación del peso frente al dólar. No se entiende cómo el que va por túnel pueda ser inviable por la devaluación, y el viaducto no.
Y en la misma entrevista, Escobar comienza a desvelar que con la propuesta del alcalde se van a hacer cosas diferentes que no estaban planteadas en la anterior. En efecto, responde también que la compra de predios --que está estimada en 855 para la salida de las estaciones en el enterrado-- en el elevado “posiblemente serán más porque queremos que los impactos de la afluencia peatonal se reduzcan con renovación.” Es decir, está anticipando que los costos por compra de predios serán mayores por la renovación urbana que anuncia, incremento que no estaba contemplado en la propuesta del metro subterráneo. Por lo tanto, se va entendiendo que hay una nueva variable relacionada con la construcción del metro que explicaría el cambio de propuesta y que implica cambios en el impacto urbano.
Y ahora, cuando se divulga el render (simulación digital) de la alcaldía Mayor en la que muestra cómo sería una ‘estación’ de metro en la avenida Primero de Mayo, nos damos cuenta de que la tal ‘estación’ es en realidad todo un complejo edilicio lateral que incluye centro comercial, cinemas, bancos, consultorios, vivienda y hasta jardín infantil, complementos que pueden tener las estaciones, pero que no pueden ser consideradas como tales. Ahí radica la ‘renovación’ que plantea el gerente. Y si a esto le agregamos los parques y plazoletas que anuncian y que se aprecian en el render, que seguramente se prevén para alejar (léase demoler) las construcciones existentes para que no sean afectadas por el deterioro que les generará la contaminación visual y auditiva del viaducto, comprobamos que la simulación que muestran para pretender embaucar a la ciudadanía no es un sector de la avenida Primero de Mayo con sus habitantes actuales, favorecidos por la ‘valorización’ del metro, sino un conjunto inmobiliario ‘renovado’ para que lo disfruten los nuevos comerciantes, constructores y urbanizadores, que sacarán beneficio del proyecto metro-renovación. Nada de esto estaba planteado en el metro subterráneo.
Y si acabamos de atar cabos, la comprobación de que financistas inmobiliarios y urbanizadores financiaron la campaña de Peñalosa, y que además funcionarios de su administración tienen intereses en la construcción, acabamos de entender cuáles son las motivaciones del enorme cambio que se ha hecho al proponer el metro elevado. Los supuestos mayores costos del subterráneo son solo un pretexto para desechar una propuesta que cuenta con todos los estudios, para adoptar una conveniencia amañada que no cuenta con ninguno. ¡Hable claro señor alcalde! ¿Cuál es el costo real del metro elevado? Y, ¿cuál su costo social?