A pocos meses de celebrar cincuenta años de vida administrativa, el Quindío vive, por estos días, una abierta confrontación de algunos diputados de la Asamblea del Quindío --fieles a la polémica e investigada exgobernadora Sandra Hurtado-- con el gobernador Carlos Eduardo Osorio Buriticá. El rifirrafe de los miembros del colectivo fucsia con el actual mandatario seccional comenzó cuando los diputados aprobaron a sin hacer caso a las voces ciudadanas que se manifestaron en contra, unas ordenanzas presentadas en los últimos días del periodo de Hurtado.
Dichas ordenanzas, señaladas de inconstitucionales por voceros del gobierno central, le entregaron ingentes recursos a los municipios en los que aliados del grupo de Hurtado ganaron las elecciones. Varios analistas políticos no dudaron en considerar la jugada política como un golpe de estado financiero a Osorio. Por dichas ordenanzas los diputados son investigados por los entes de control.
La elección de Sandra Gómez como contralora departamental terminó de caldear las relaciones. Gómez fue la elegida de Hurtado para sucederla en las pasadas elecciones regionales. Luego de una campaña llena de escándalos, Gómez fue vencida en las urnas por Osorio, un presbítero católico que prometió en su discurso de posesión acabar con los vicios de la politiquería local. Breve fue el periodo de Gómez al frente de la contraloría del Quindío: el tribunal Administrativo del Quindío decidió separarla provisionalmente del cargo por supuestas irregularidades en su elección, siendo la más gruesa, denunciada por el abogado Jesús Antonio Obando, que de los candidatos al puesto los diputados solo entrevistaron a Sandra Gómez.
No es la primera vez que Sandra Hurtado y su grupo político están en el centro de la controversia: hace unos meses una emisora radial difundió un video en el que se ve a la entonces gobernadora rifar billetes de cincuenta mil pesos en un evento con mujeres cabeza de hogar. También indignó a la opinión pública que le retirase el apoyo económico al Encuentro Nacional de Escritores Luis Vidales. En los últimos días un líder sindical de la antigua Esaquin, rebautizada como EPQ, denunció el incremento desmedido de la nómina de la empresa del Estado, que la pone en la cuerda floja. ¿La razón de ese incremento?: al ser la EPQ, junto a la Uniquindío y la CRQ, uno de los últimos bastiones burocráticos de Sandra Hurtado, la señora ha llevado buena parte de su rebaño a ese sitio. También se le cuestiona su cercanía afectiva con Cesar Augusto Pareja, conocido en la capital quindiana con el alias de Toto y cuya fortuna, según dicen muchos, tiene un origen dudoso. Pareja llevó a su hermana a la Asamblea, siendo Gloria Pareja la principal heredera del hurtadismo en el Quindío.
En todo caso, la señora Hurtado es investigada por los organismos de control debido a una supuesta indebida participación en política a favor del presidente Santos.
La senadora Claudia López, quien ha denunciado en varias ocasiones los hechos de corrupción en el Quindío desde que ocupó su curul en el Congreso, le dijo esto a un medio nacional: “al gobernador lo tiene bloqueado la misma mafia de la gobernadora y su compañero, alias Toto, y toda esa red política, porque necesitan cuidarse el pellejo, porque saben que tienen un rabo de paja enorme. Yo puse las denuncias sobre él y la gobernadora ante la Fiscalía desde el año pasado y aquí estoy esperando que hagan algo. Ya se robaron el Quindío y nadie dijo nada. Yo puse las denuncias, rendí versión y estoy esperando que la fiscalía avance, el asunto es que ella cuenta con la protección del Vicepresidente, porque así es Vargas Lleras, un reclutador de delincuentes y los protege política y judicialmente. Entonces las cosas no avanzan”.