Es linda y la alegría que nos hizo dar no tuvo precedentes en el país. Cuando Luz Marina Zuluaga ganó en Estados Unidos ninguno de nosotros había nacido todavía. Aplaudimos la queja que le expresó a Donald Trump cuando dijo una de sus babosadas xenófobas. Cuando nos enteramos que el ahora aspirante a la presidencia de Estados Unidos ya no era el dueño de Miss Universo nuestra admiración bajó un poquito.
Es linda, hermosa. Nunca ha dicho nada incorrecto. Desde que era pequeña fue criada para ser reina. Su belleza la respaldaba. Es una lástima, para ella, no haber nacido en los ochenta cuando éramos más machistas, más corronchos, más subdesarrollados. En esa época su imagen sería venerada con más fervor del que le brindan las señoras a la virgen de Chiquinquirá. Su foto, en traje de baño, estaría en las portadas de los cuadernos. Crecimos, quien lo iba a creer, y las reinas, como los toreros y la selección Sub 23, ya no importan tanto.
Después de terminar su reinado se vino para Colombia y lo único que le pudimos ofrecer fue una chambita ahí, de 80 millones de pesos mensuales, para presentar un reality que la noche del 30 de marzo, en su lanzamiento, aplastó a MasterChef, su rival de RCN. Aunque el programa fue grabado hace algunos días, Paulina Vega se veía tan nerviosa, rígida y ausente como la Señorita Antioquia cuando hizo el trabalenguas de hombre con hombre y mujer con mujer y del mismo modo y en sentido contrario desarrollaba una actuación tan postinuda y falsa como la de la Chilindrina cuando hace obras de teatro en la vecindad con el Chavo. Es tan mala su presentación que uno por el momento se olvida que es muy bonita y empieza a irritarse y en ese espectro hasta Linda Palma resulta siendo una mujer inteligente y graciosa.
Igual no importa. Ella es una diva caída del cielo y como se mueve en su vestido negro, ceñido, uno puede olvidar cualquier cosa, hasta que Silvestre Dangond hable y que Fonseca cante. La fórmula por el momento funciona. Ella está ahí siendo lo que es: una reina y por tanto no debe pensar demasiado. Aunque tuvo la corona universal nunca tendrá la gracia de Paola Turbay, la inteligencia de Margarita Rosa de Francisco y el carisma arrollador de Carolina Cruz.
Por ahora Paulina Vega, aunque no tiene talento, es buena moza y echa palante!