Desde hace un par de años vivo con mi familia en Europa y no sin sorpresa recibí la noticia del bloqueo vial en Colombia. Este reporte breve no fue dado a conocer en un noticiero o en un periódico, ni ningún otro medio de comunicación establecido y profesional, sino que fue un asunto privado, parte de una conversación con un familiar que vive en Boyacá. De inmediato intenté buscar más información. Las redes sociales virtuales (a las que no pertenezco) parecían tener la mayor variedad de informes que, naturalmente sin ser debidamente documentados y cuya veracidad o por lo menos su completitud e integridad no eran comprobables y en muchos casos discutibles, mostraban sin embargo algo que desde hace tiempo se venia fraguando: el cansancio y la desesperación del pueblo colombiano. Desafortunadamente no fui el único en notar las falencias documentativas del material audiovisual y rápidamente salieron eminentes funcionarios para desvirtuarlo como obsoleto, no actual, etc. La misma postura por la que optó el señor J.M. Santos al negar la existencia del paro o la señora Constanza Ramirez, quien decidió viajar a una capacitación antes que enfrentar la crisis que se venía encima. Me recordó la versión parvularia del juego de las escondidas: si me cubro los ojos y no los veo, ellos tampoco me ven! Entre tanto los dias pasaban y los medios de comunicación europeos no mostraban ningún tipo de interés por la situación que se estaba desarrollando en Colombia. Es un problema que sólo atañe a EE.UU. por lo que se ve. Si las revueltas fueran en ciertas partes de Asia o en Africa, seguro sería un tema europeo. De nuevo se deja ver como esta repartido el planeta!
Las protestas continuaban y se seguían dando choques entre la fuerza pública y los demostrantes. El argumento de turno: “el paro esta infiltrado” y yo me pregunto si eso es un motivo para desconocerlo... no es que este de acuerdo con los medios fuera del estado de derecho, pero si es un boletín con malas notas para el gobierno. El ministro de agricultura cuestionó en Tunja si era de campesinos actuar como se estaba actuando: apedreando, incendiando, insultando, etc. y creyó haber dado así una justificación aceptable y terminó abandonando el recinto. Mi interpretación sería mas bien, que hay dos problemas: 1. Los motivos que llevaron a la gente a movilizarse. Motivos añejos y bien conocidos. Motivos que por lo cotidianos, ya se volvieron parte del paisaje y nadie toma nota de ellos, pero que fueron revividos dolorosamente por la 970 (que tiene madera para ser el segundo capítulo de la sangrienta historia de las bananeras... sólo que globalizado!) y 2. Asumiendo que el paro esté infiltrado, por qué es posible que esto suceda? Si un colombiano confía y es consciente de su derecho al apoyo oficial, no se vá a dejar convencer ni influenciar por fuerzas al margen de la ley, porque sabría que en ese momento en lugar de ganar, pierde fuerza en su petición. Pero qué sucede si la confianza se ha desvanecido? Si la conciencia democrática no dá más que un panorama desolador? En ese momento y no antes es posible una infiltración. Argumentar contra el paro con dicha infiltración no es mas ni menos que otro autogol del gobierno.
Después de apenas un par de días el señor J.M. Santos declara que “se está acabando la paciencia”, sin notar que el campesinado lleva décadas de aguante, que se mal interpretó como resignación, ignorancia e ingenuidad. Cuanto tiempo es digno de ser dedicado a esta amplia franja del pueblo? Que tanto tiempo necesita llevar a cabo acuerdos y proyectos de talla internacional? Como se califica la mayor importancia de uno u otro tema? Los criterios e intereses tienen que ser claros y objetivos. Padres de la patria: cuáles son los suyos? Desgraciadamente en Colombia no hay una oposición que tenga una fuerza crítica viva y eficaz! Lo digo porque un descalabro mediático como el sucedido en Colombia y ejemplificado en las anteriores lineas hubiera suscitado en países como Alemania una ola de indignación tal, que sin duda la presión arrojaría como resultado más de una renuncia y muchas investigaciones. A propósito: qué se va a hacer con los creadores de impunidad que ocultan sus insignias, números de placa y demás? Con aquellos que se encapuchan y voltean sus chaquetas? Qué va a pasar con los irresponsables firmantes de contratos que desangran al país? Somos un país democrático y debe haber un camino hacia una solución! De no haberlo se tiene que crear y todos los colombianos estamos llamados a participar en esta ardua labor.
Al señor J.M. Santos: presidir se define como ocupar el primer lugar o puesto más alto en una colectividad u organismo. Hágalo y sea presidente! No el que el país por sus errores se merece, sino el que por su situación necesita!
Al ESMAD: ustedes son hijos de Colombia y tal vez padres de colombianos. Ténganlo presente!
A los medios: no se arrodillen. Su labor es observar y describir lo observado. Opinar y razonar críticamente. Trabajen con sus colegas en el resto del mundo para que las pocas imágenes violentas que se han visto (por lo menos en Europa) estén acompañadas por un marco contextual que les dé un significado actual y coherente.
Al pueblo colombiano: recordemos que, el llamado de José Acevedo y Gómez a no desaprovechar los “momentos de efervescencia y calor” y no dejar escapar la “ocasión única y feliz” dado el riesgo de ser “tratados como insurgentes” (lo que tal vez ya está pasando con la judicialización de detenidos en las protestas) fue seguido por la patria boba. Efervescencia y calor nos han llevado a ser irreflexivos, impulsivos, desmemoriados y a buscar excusas y disculpas para lo imperdonable. No repitamos los errores del pasado!