"En tiempos donde el Gobierno pide ahorrar agua y luz para contrarrestar la sequía, vender ISAGÉN es un contrasentido ya que en manos privadas los costos aumentarán para el usuario. Ojo, señor Gobierno, mucho ojo porque la va embarrar. La privatización de ISAGÉN, que es una privatización del agua, es una estupidez en tiempos de cambio climático”. Estas declaraciones fueron dadas por Uribe, Serpa y Petro, pero como es costumbre, este Gobierno se hace el de oídos sordos ante las recomendaciones de la oposición.
Ahora, meses después de vender ISAGÉN, a punto de iniciar un racionamiento de energía, el Gobierno inicia su campaña “ApagarPaga”, invitando a los colombianos a ahorrar energía para evitar el colapso energético, del cual su gobierno es el principal responsable.
El fantasma del apagón sigue rondando, y no hay duda que la principal causa fue la falta de prevención y malas prácticas por parte del Gobierno. Si bien es cierto que afrontamos un drástico fenómeno climático del niño, también es cierto que perdimos un importante bien de la nación en un momento en el que no era posible darse el lujo de vender el único patrimonio público que producía el 17% de las necesidades energéticas del país.
A esto se le suma el deterioro de las plantas de producción de energía, que están envejeciendo a nivel mundial. Es lógico que hidroeléctricas como Guatapé y Termoflores presentaran daños, pero también es lógico que se tuvieran planes de prevención. Entonces, ¿por qué el gobierno NO tenía un plan B para mitigar los daños de una posible falla en nuestra hidroeléctricas?
La respuesta es clara, porque nuestro exministro de Minas y Energia, Tómas González, estaba bastante ocupado gestionando millonarios contratos para la empresa Connecta S.A.S, propiedad de su esposa, Ángela Baena Giraldo.
Connecta S.A.S suscribió con el Estado tres contratos y dos adiciones por valor de 6 mil millones, todos con el mismo objeto: “medir la percepción de la población frente al proceso de paz y la gestión del Gobierno”.
Mermelada, mermelada y más mermelada: un frase reiterada en el gobierno Santos, pero hoy con un plus, la pérdida de nuestra seguridad energética.
El costo de 'apagar' tiene efectos en el bolsillo del país y el costo de importar energía de Ecuador tiene efecto en el bolsillo de los colombianos; con la venta de ISAGÉN perdimos un instrumento para el desarrollo de nuevas fuentes de energía, y con la falta de prevención del Gobierno estamos a punto de un racionamiento anunciado de energía.
Pero tranquilos que Santos dio la solución al fantasma del apagón :“Seguimos trabajando pero apagamos luces de Casa de Nariño a las seis de la tarde”.
Ojala los promotores de “ApagarPaga" nos expliquen qué pasó con los 7 mil 800 milllones de dólares que salieron del bolsillo de los colombianos, y que se giraron a las plantas térmicas por el cargo de confiabilidad para que pudieran operar cunado el agua de las hidroeléctricas escaseara.