La maldición del narcotráfico —porque no hay otra forma de llamarlo— no deja de hacerle un profundo daño a la sociedad colombiana. Algunas de esas niñas amables y de los jóvenes que nos han hecho los viajes placenteros en nuestros vuelos nacionales e internacionales, resultaron ser una nueva versión de las tradicionales mulas que nos han marcado tanto en el extranjero. Cárceles de países tan remotos como la China, tienen mujeres y hombres colombianos presos por servir de vía para transportar droga, exponiendo su salud y sobre todo su libertad. Pero ahora ha resultado una nueva modalidad en la que no se trata de hombres y especialmente mujeres desesperadas por tener algún ingreso, sino de empleados con ingresos medios que se convirtieron en lavadores de dinero del narcotráfico.
Estas mujeres y hombres no solo usaron los privilegios que este tipo de trabajo les otorga al no ser requisados, ni despertar sospechas porque se supone pasaron las pruebas de honorabilidad, sino que sirvieron para poner en práctica nuevas formas de evadir los controles de los aeropuertos no solo en América Latina sino en Europa y en otros países. Forraron sus cuerpos con dólares y euros y sus equipajes han ocultado desde no se sabe cuándo, los millones de dinero provenientes de negocios ilícitos y así los han movilizado por el mundo. No ha sido solo un hecho reciente, sino que según afirman las noticias, muchos de estos empleados hoy retirados, también han sido parte de esta mafia de lavado de dinero.
Más respuestas a la pregunta frecuente de muchas personas
que indagan de dónde sale tanto dinero en Colombia
De nuevo, esta red ha tenido conexiones en tierra en distintos aeropuertos y con representantes de la policía que prestan servicios en ellos. Hasta ahora solo se conoce una parte de esta red globalizada, como todos los pecados del mundo de hoy, y seguramente vendrán nuevas sorpresas probablemente tan dolorosas como esta. Gente que nadie se imagina, al servicio de los grandes capos del narcotráfico. Más respuestas a la pregunta frecuente de muchas personas que indagan de dónde sale tanto dinero en Colombia.
Como este tráfico no lo puede resolver nuestro país de manera independiente sino con el concurso del resto del mundo, como uno de los males globales actuales, es fundamental que ejerza un mayor liderazgo mundial para avanzar en formas de manejo de este gravísimo delito que ha contribuido al deterioro de los valores de la nuestra sociedad. El tema sigue concentrado en la oferta, y la demanda por estupefacientes nadie la toca porque se concentra en pases ricos, donde nunca se conocen sus grandes capos. Lo más grave es que el consumo en nuestros países da muestras de crecimiento rápido entre la juventud y otros sectores de la sociedad, de manera que al paso que va el país, cargará con el San Benito de no solo ser un gran productor y exportador de droga sino también uno de los consumidores de todo tipo de narcóticos en el mundo.
Como sigue desarrollándose nuestra triste historia de narcotráfico, surge la nueva inquietud: después de las azafatas y auxiliares de vuelo, cuál será el próximo sector de nuestra sociedad que no pudo resistir la tentación de volverse rico en muy poco tiempo, y caerá probablemente como esta nueva modalidad de mulas; es decir, de lavadores de dinero de los grandes capos de la droga, mexicanos y colombianos. Ojalá la detención masiva de culpables que se ha hecho, asuste a quienes creyeron encontrar la felicidad haciendo parte de este grupo de delincuentes. Pero no lo duden, faltan datos de otros municipios.
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