A lo largo de nuestra vida recibimos buenas y malas noticias, lo que a su vez nos genera buenas y malas emociones. Las malas emociones pueden pasar sin dejar huella, pero cuando nos quedamos con ellas permanentemente originan conflictos en nuestra mente que pueden llegar a enfermarnos, también de manera permanente. Encontrarlos y manejarlos puede ser un paso clave para superar o evitar una enfermedad que puede ir desde lo crónico hasta lo maligno como el cáncer.
Cuando recibimos una noticia que nos afecta de manera negativa, inmediatamente se desencadenan una serie de reacciones que van desde la sorpresa y la angustia, hasta verdaderos cambios en el sistema de defensa del cuerpo. Esto puede conducir finalmente a la aparición de enfermedades como: gastritis, alergias, colitis, artrosis, pérdida del cabello, aumento de peso, fibromialgias, reumatismo, lupus, entre otras, incluido el cáncer.
Es por esto que un paciente con enfermedades o síntomas de largo tiempo (enfermedades crónicas), puede que también tenga una emoción o un conflicto mental negativo guardado y del cual no es consciente, tan antiguo como la misma enfermedad que el paciente esta padeciendo.
Así lo postuló el doctor Hamer, neurólogo alemán quien luego de padecer y superar un cáncer por la pérdida de su hijo, concluyó entre otras cosas que los conflictos de aparición súbita o no esperados, vividos en soledad y no superados, con el paso del tiempo pueden ocasionar diferentes enfermedades, hasta el cáncer. Por lo tanto la búsqueda y manejo del conflicto es importante para la mejoría del paciente.
El hijo mayor de Hamer fue alcanzado por una bala perdida que acabó con su existencia. El trauma emocional que produjo en la vida de su padre terminó ocasionándole un cáncer testicular que venció más tarde, luego de superar el dolor y el enojo por la muerte de su hijo. Este hecho fue el primero de muchos más que permitieron a Hamer encontrar la relación entre el sufrimiento emocional y las enfermedades físicas como el cáncer.
Cada persona asume los conflictos de manera diferente, por lo tanto algunos enfermarán y otros no, todo depende como cada quien viva los momentos difíciles y de la actitud que asuma frente a ellos.
Poder encontrar cuál es el la emoción negativa o el conflicto que está enfermando al paciente, implica un verdadero reto tanto para el paciente como para el médico. Pero sin duda, la elaboración de una buena historia y una buena disposición para escuchar al paciente nos dará pistas. Además, actualmente se cuenta con equipos de Biorresonacia como el SCIO cuya sustentación científica es la física quántica. Con este equipo nos podemos aproximar a los efectos que nuestra forma de vida y costumbres, incluidas nuestras emociones, están dejando en el organismo, a la vez que nos orienta sobre cuál puede ser el órgano más afectado y qué conducta terapéutica exacta necesita. Este equipo cuenta con más de 30 terapias diferentes, todas ellas orientadas a recuperar la salud física y mental de manera rápida y segura.
Inicialmente somos conscientes de estos conflictos pero con el pasar del tiempo creemos que ya no nos afectan. No es así, la realidad es que en muchos casos ni siquiera se han superado, pasan a ser parte del subconsciente y desde allí nos siguen afectando de manera silenciosa. Tan silenciosa que ni siquiera sabemos lo que esta pasando, por eso hay que buscarlos y desarraigarlos.
Dr. Oswaldo Rojas 2261409 cel 310 4618391