Esta fue la pregunta que me hizo un amigo que trabaja en un supermercado al escuchar que el procurador había enviado un concepto a la Corte Constitucional, en solicitud de que las clases de educación sexual no se dictaran en los grados de preescolar ni de primaria y que se dejaran solo para los grados superiores.
Carlos González es un padre ejemplar. Trata de resolver las dudas de sus hijos, como lo proponen algunos psicólogos, pero algunas veces se apoya en los educadores cuando no tiene a la mano una respuesta.
La semana pasada, su hijo Santiago, lo abordó con una duda que le surgió al escuchar una expresión por uno de los tantos medios de comunicación: la comunidad del anillo y, con esa espontaneidad, característica de los niños y delante de mucha gente, le preguntó: Papi, ¿qué es la comunidad del anillo?
Carlos le sonrió y le dijo que no tenía una respuesta en el momento, pero que iba a hablar con su profesor para que le explicara, ya que no encontraba las palabras correctas para hacerlo.
La sexualidad es un aspecto que, por obvias razones, siempre va a estar presente en la vida, así no se haya alcanzado la madurez sexual. La niñez es una de esas etapas en que más se presentan preguntas sobre el tema, pero muchas veces los padres no tienen las herramientas necesarias para resolver las dudas que surgen de un aspecto tan importante de nuestras vidas.
Puede que responder a esa pregunta de una forma directa no sea lo más adecuado, entre otras cosas, porque la denominación que le dieron a este episodio, que inundó los titulares nacionales, llega a la vulgaridad y, tal vez, se habría evitado la grosería en la denominación, si se hubiera implementado, desde hace décadas, la educación sexual en preescolar, en que se enseñan, correctamente, los nombres de las partes de nuestro cuerpo.
Con el concepto enviado por el Ministerio Público a la Corte Constitucional, los colombianos estaríamos condenados a ser ignorantes sexualmente hasta que tengamos madurez sexual y, mientras tanto, los niños cuyos padres no tengan las herramientas pedagógicas y académicas seguirán diciendo "pipí, teticas, colita o anillo".