“Donde fueres, haz lo que vieres” pareciera no un simple y conocido refrán popular, sino una fórmula mágica para ejercer la política en Colombia cuando de presentar la renuncia se refiere.
En efecto, nadie renuncia por sonoro que sea su caso o el escándalo mediático que se causa, así se trate de inquietantes asuntos de corrupción, y como nadie sale de su cargo por voluntad propia, ¿por qué he de hacerlo yo? se preguntará el funcionario comprometido con algo turbio.
Y es un punto digno de interés y que se repite en la historia patria desde hace mucho tiempo y se viene a la cabeza en forma inmediata el caso más aberrante de todos, el del expresidente Samper, quien ante todo el proceso 8000 a sus espaldas y todas las pruebas que daban buena fe de la presencia de los dineros de la mafia en su campaña presidencial, jamás presentó su renuncia debido tal vez a dos factores determinantes, como es de un lado el férreo apoyo que siente de sus colegas los políticos y la inexistencia o inoperancia de los aparatos judiciales.
Páginas de periódico relatan lo de aquel miembro
de la Corte Constitucional o aquel general,
y los sobrecostos de ese contrato de tres mil millones de millones
Abrimos el periódico y se pasan páginas donde se relata lo de aquel miembro de la Corte Constitucional, o aquel general, y los sobrecostos de ese contrato de tres mil millones de millones. Pero ante todos estos escándalos, lo que vemos en una clase política que apoya activa o pasivamente al vinculado, y en razón de aquel fuerte apoyo, solo se ve la sombra de una justicia que no ve.
Se dice que el defensor del pueblo perdió todo el apoyo de su partido, y ante ello no solo renuncia, sino que la autoridad competente en lo administrativo lo suspende por tres meses.
Tal vez no hay nada peor que un país hundido en la corrupción, generando con ello más miseria y desigualdad y desprecio frente a quienes manejan lo público. Pero peor que eso es, sin duda, la justicia que cojea y cojea, y jamás llega.
Y hablando de …
Y hablando de justicias, aterra y da miedo cómo circulan en las redes sociales los juicios inmediatos contra todo y por todo con base solo en los rumores o en las informaciones tergiversadas.