“Asombroso: se ven los avisos de los comercios que funcionan a lado y lado de la carrera Séptima. No vimos habitantes de calle recostados en las puertas de los negocios. También desaparecieron las estufas de gas, el olor a grasa, el humo de comida cocinándose a la intemperie sin ninguna medida sanitaria. El contrabando y la piratería también desaparecieron. Nos llamó particularmente la atención el punto de la carrera Séptima a la altura del parque Santander. Allí también se siente una nueva sensación. Hasta este lugar llegó el control de la Policía. Por primera vez en muchos, muchos años, vimos el parque despejado estas fueron las palabras de la concejal Lucía Bastidas del partido verde y auto de nominada en su cuenta de Twitter como Peñalosista.
Desafortunadas declaraciones de la concejal Batidas ¿no creen?; el olor a grasa y los menjurjes que preparan los bogotanos desempleados y llevados a la venta ambulante por la escasez de empleo en la ciudad, parecen molestarle a la cabildante, quien dice defender el espacio público y garantizar el derecho colectivo a este, pero a quien se le olvida que el derecho de vivir o sobrevivir como se hace diariamente en la ciudad de Bogotá es mucho más importante, puesto que estamos hablando de lo vital concejal.
Traer la papita a la casa es complicado cabildante, si con el aumento del iva a 19% y el alza de los productos de la canasta familiar, es un casi imposible para los bogotanos con trabajo formalizado. Imagínese usted para los trabajadores informales (en su mayoría vendedores ambulantes), quienes viven del “diario”, de lo que conocemos como el rebusque, ¿qué pasa con estos Bogotanos? ¿Ya no es para todos la ciudad?, esta es una de las múltiples muestras de la nueva administración que con un repugnante talante de clase pretende recuperar el centro de la ciudad para que los “ciudadanos de bien” puedan avanzar en tranquilidad hacia el centro de la capital, con esto buscando eliminar los “malos olores” de las ventas de estos comerciantes ambulantes que al parecer ya no nos bogotanos.
Las declaraciones de la concejal Bastidas, no son más que el reflejo de una petulante administración, que olvida la gestión social, que pretende privatizar las empresas públicas y recortar los recursos en la salud. La reciente eliminación y despojo de los vendedores ambulantes entre las calles 10 y 13 es muestra de ello; la tan nombrada Bogotá para todos, no lo es así, esta Bogotá es para pocos, para los que a través del orden del espacio público pretenden ocultar los rezagos de una ciudad conflictiva, altamente contaminada y con una tasa de desempleo del 8,6% para el 2015.
Desafortunados los bogotanos despojados de la séptima a quienes se les desplazó de su sitio de trabajo y no se les reubicó y a los que muy prontamente nos despojaran.